El Cáncer de Mama es una de las mayores causas de muerte de las mujeres en el mundo, y Córdoba no es la excepción.
Según datos revelados por la clínica Imat Oncomédica, en Córdoba hubo un aumento de casos del 51% entre el año 2020 y 2021, ese último año se reportaron 301 nuevos diagnósticos.
Las cifras revelan que en Colombia cada año se presentan 6.700 casos de cáncer de seno, de los cuales el 65% son detectados en etapas avanzadas.
Las estadísticas señalan que el 39% de las pacientes se diagnostican en estadios II y 32% en estadios III y IV.
No obstante, y a pesar de las cifras, hay testimonios de quienes se han encontrado de frente con la enfermedad, logrando un diagnóstico temprano, y esa es la clave.
Una de estas mujeres es Natalia García Corrales, una monteriana de 38 años, que se alarmó al sentirse un bulto en el seno, y luego de varios exámenes, le entregaron el diagnóstico, CA de Mama en Estadio I.
Asegura que desde el diagnóstico hasta su operación y sesiones de quimioterapia, todo fue muy rápido: “La ruta funciona muy bien”.
A esta joven le hicieron quimioterapia durante 6 meses y asegura que no es tan grave como lo pintan. “Nunca dejé de trabajar, comía bien, no paré mis actividades y hasta Covid me dio”, expresó.
Para Natalia perder un seno representaba una nueva vida y no dudó ni un segundo en aceptar la extirpación si eso le garantizaba la vida. “No sentía que perdía algo, sino que la cirugía me daba vida”, indicó.
Ahora, esta sobreviviente debe permanecer 5 años en terapia hormonal para evitar que el cáncer regrese y mientras tanto da testimonio de fe y fortaleza.
“Mi probabilidad de morir era muy bajita por mi diagnóstico temprano. Sobrevives si te atiendes a tiempo”, indicó.
Y es que ese es el problema, según la IMAT el 39% de las pacientes se diagnostican en estadios II y el 32% en estadios III y IV, recortándose así las probabilidades de vencer la enfermedad y de lograr una reconstrucción de seno, una vez hayan extirpado.
PUNTOS SUSPENSIVOS
Y como las segundas oportunidades sí existen, Natalia y muchas otras mujeres que logran superar la enfermedad quedan vinculadas al programa Puntos Suspensivos que tiene la IMAT y que busca apoyar a otras mujeres que viven el proceso.
Se trata de reflejar el estilo de vida de las mujeres sobrevivientes que ahora tienen una segunda oportunidad. “Conozco muchos casos, he sido bendecida porque logré detectarlo a tiempo. Siempre me he tocado y fue por eso que he logrado superarlo”, acotó Natalia.
Recuerda que a lo largo del camino ha visto gente con mucha vulnerabilidad; tanto económica como familiar: “Hay mujeres que están muy solas y que tienen que viajar de lejos para hacerse 15 minutos de radioterapia que es lo que dura”, sostuvo.
Aunque no es una experta, indica que los casos en mujeres de entre 25 y 40 años está creciendo, por eso invita a todas las mujeres, de todas las edades, a que se autoexaminen y si sienten algo fuera de lugar acudan de inmediato al médico.
