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Magna Charta Universitatum

Por Jairo Torres Oviedo*

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El pasado 16 de septiembre del año en curso, el rector de la Universidad de Córdoba firmó la Magna Charta Universitatum, una declaración y confirmación de los principios fundamentales sobre los cuales se reafirma la misión institucional de las universidades. Esta declaración fue firmada por primera vez en 1988 con motivo de la celebración de los 900 años de la Universidad de Bolonia; dicha institución nació a finales del siglo XI, es decir, en el año 1088, convirtiéndola en la Universidad más antigua del mundo. Como resultado de esta celebración en el año 1988, se preparó y organizó la propuesta de festejar con una declaración en la cual se hiciera un pronunciamiento acerca de los retos y desafíos de la Universidad de cara al presente inmediato y con una mirada prospectiva. De esta manera nació la Magna Charta Universitatum o Carta Magna de las Universidades Europeas. En este sentido, en septiembre de 1988 fue firmada por cerca de 300 rectores; a partir de entonces, el documento ha sido suscrito por más de 600 universidades del mundo.

En La Carta Magna contempla un mundo interconectado, donde el conocimiento traspasa fronteras culturales en la búsqueda de la comprensión y el entendimiento humano. Las Universidades han proliferado alrededor del mundo en distintas tipologías, alcances y misiones institucionales a nivel mundial con el influjo de nuevas tecnologías, modos de aprendizaje, enseñanzas e investigación. Concomitante con un liderazgo permanente, que responde a las demandas y necesidades de la sociedad. Los principios de la Magna Charta Universitatum, siguen vigentes y son una precondición del progreso humano; por ello, frente a las transformaciones de un mundo en turbulencia constante requieren que la Universidad asuma un verdadero compromiso con la sociedad.

En este sentido, las Universidades firmantes asumen este compromiso. Por consiguiente, los principios, valores y responsabilidades de las Universidades signatarias son: 1. Reconocer que tienen la responsabilidad y compromiso de responder a los retos del mundo en beneficio de la humanidad. 2. Reafirmar la autonomía moral e intelectual como precondición para el cumplimiento de sus responsabilidades con la sociedad. 3. La independencia que genera la autonomía debe ser reconocida y protegida por los gobiernos y la sociedad en general y defendida por las mismas instituciones. 4. Establecer un contrato social confiable con la sociedad civil, que apoye e impulse la búsqueda y la calidad del trabajo académico, acorde y respetuosa de la autonomía universitaria. 5. En la medida que generen y divulguen el conocimiento, deben cuestionar dogmas y doctrinas establecidas sobre la base del pensamiento crítico que promueven. 6. Deben centrar su deber en la enseñanza y la investigación con principios éticos que permitan resultados confiables, veraces y accesibles. 7. Responsabilidad cívica, por ser parte de una comunidad científica global que permite compartir el conocimiento y los avances de la ciencia. Impulsar un liderazgo desde lo local con incidencia global. 8. Las Universidades son ethos o ambientes plurales que permiten la tolerancia y la convivencia; donde la diversidad, equidad y justicia prevalecen.

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En consecuencia, la aceptación y suscripción de los anteriores principios; implica una defensa de la educación como un derecho humano y un bien público que debe ser garantizado por el Estado en el devenir de la vida.

*Rector de Unicor

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