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Trejos: ¿3 años en el San Jerónimo y nada que lo salva?

Lo que pasa con el Hospital San Jerónimo de Montería es de no creer. Tres años le han sido insuficientes a la Superintendencia Nacional de Salud (Supersalud) y a su interventor Rubén Darío Trejos Castrillón para sacarlo adelante y como si fuera poco se dio una cuarta prórroga de la intervención forzosa al centro asistencial, la cual ahora se extiende hasta el 3 de agosto de 2023.

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Esto se registra en momentos en que desde la Gobernación de Córdoba se guardaba la esperanza de que el Hospital fuera devuelto para su manejo administrativo, luego de cumplirse el tercer año al mando de la Supersalud.

En repetidas ocasiones el gobernador Orlando Benítez Mora había advertido que su administración estaba lista para asumir el compromiso de manejar el Hospital San Jerónimo, pero tal como van las cosas, en sus cuatro años de mandato esto difícilmente se dará.

Los cordobeses no entienden, como hace menos de un mes el supersalud, Fabio Aristizábal y su ficha, el interventor Trejos Castrillón presentaron un balance satisfactorio de la intervención, con 80 mil millones de pesos en pasivos, pero es aún más grave lo que dice la Contraloría Designada para el centro asistencial en la resolución 174 del 3 de agosto de 2022.

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En sus conclusiones, dicha Contraloría hace seis conclusiones, de las cuales cinco son falencias que a la postre lo llevan a decir que la intervención debe seguir.

El San Jerónimo se intervino por seis meses el 1 de febrero de 2019. El 1 de agosto de ese mismo año se prorrogó hasta el 3 de febrero de 2020. Luego se extendió por año hasta el 3 de febrero de 2021. Vino otra prórroga hasta el 3 de agosto de 2022 y ahora una nueva por un año más.

Las conclusiones

En el primer punto de su análisis ese organismo ‘lanza un caramelito’ y señala: “Es evidente que la administración a cargo de la interventoría del hospital viene realizando importantes labores tendientes a mejorar la situación del hospital y por ende la prestación del servicio”. Pero a renglón seguido sostiene: “No obstante lo anterior, estas acciones se observan como insuficientes, para poder conjurar las situaciones que dieron origen a la toma de la medida por parte de la Superintendencia Nacional de Salud”.

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De allí en adelante lo que vienen son conclusiones que dejan ver que el panorama que pintaron Supersalud e Interventor no es nada halagador.

Financieramente se presentan conceptos que pesan mucho sobre la razonabilidad de los Estados. Financieros, como es el caso de la necesidad de depurar las cuentas por cobrar con el departamento de Córdoba, el manejo de los anticipos, la necesidad de mejorar los recaudos de cartera y por ende la implementación de un plan de austeridad y sostenibilidad financiera.

. Así también, debe mejorarse la política de generación de ingresos por prestación de servicios a otras entidades, de manera que se mejore el flujo de recursos y por ende el capital de trabajo.

. En materia técnico científica hay que incentivar adherencia al cumplimiento de procesos, y políticas de seguridad, aplicación de listas de chequeo por servicios y procedimientos, verifica.

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. En materia jurídica, pesa mucho el impacto de los procesos judiciales en contra y la necesidad de contar con un cálculo adecuado del contingente, para poder medir su impacto en los estados financieros.

Ante todas estas dificultades se advierte: “Esta Contraloría con funciones de Revisoría Fiscal considera importante mantener la medida de vigilancia por parte de la Superintendencia Nacional de Salud por un tiempo suficiente para solucionar las dificultades por las que atraviesa la ESE, garantizando una supervisión y control permanente por parte de esta Contraloría y de la misma Superintendencia. Con la situación financiera deficitaria y las diferentes circunstancias que aún pesan sobre la entidad, es imposible considerar que pueda ser autosuficiente para manejar sus operaciones y en caso contrario podría perderse lo que hasta el momento se ha logrado”, anota el organismo de control.

La pregunta que hoy muchos cordobeses se hacen es: ¿Ha servido tener al San Jerónimo intervenido, cuando tres años después sigue postrado?.

Cortesía
El Meridiano

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