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A Yhoiner Leal le habría tomado seis horas matar a su madre y hermano

De testigo desconcertado a señalado de ser el autor de un doble crimen familiar del que intentó no dejar huella. Ese es el giro que en los últimos días tomó Yhoiner Leal dentro de la investigación por los asesinatos de su hermano, el reconocido estilista Mauricio Leal, y de su mamá, Marleny Hernández.

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De 48 años, el hermano mayor de los Leal enfrenta un proceso judicial que le daría mínimo 43 años de cárcel, ya que a pesar de que públicamente se ha mostrado afectado por lo sucedido, todas las pruebas apuntan a él como el único sospechoso de lo que pasó entre el 21 y 22 de noviembre pasado.

Según la Fiscalía, Yhoiner no solamente fue el autor de los homicidios, sino que también intentó –por varios medios– desaparecer las pruebas que hoy pesan en su contra. En total, el crimen habría demorado 6 horas entre los homicidios y el intento de limpieza del lugar.

Para la Fiscalía, Leal habría atacado a su mamá dormida, cambiado de cuchillo para rematar a su hermano e intentado borrar la sangre de varias partes, actos que no dan lugar a duda de su responsabilidad en esto.

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Al finalizar este relato del fiscal delegado Mario Burgos, el procesado solo pidió dos cosas: que le convirtieran de meses a años los delitos que le imputaron, y que lo dejaran hablar a solas con su abogado Álvaro Rojas, minutos después, se declaró inocente.

Así las cosas, quedó vinculado formalmente al proceso que, si bien tendría varias certezas, aún tiene sin armar otra parte del rompecabezas. En ella hay amenazas, enriquecimiento ilícito y hasta un posible lavado de activos.

No fue un suicidio

Para desenredar la novela judicial, la Fiscalía detalló uno por uno cada momento. Por ejemplo, que Yhoiner entró a la casa el domingo a las 11:37 p.m., y salió de ella a las 11:15 a.m. del otro día. Para ese momento, los cuerpos sin vida ya reposaban en el cuarto de Mauricio.

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Sin embargo, horas después, ante la preocupación de que no aparecían, el hoy procesado le insistió al conductor de su hermano, José Jair Ruiz –hoy testigo–, en ir a la casa a buscarlos. Él aceptó, y hacia las 2:34 p. m. vio a las víctimas tendidas en una cama doble.

De allí salió una primera pista para las autoridades: una carta firmada a puño y letra por el estilista, en la cual pedía perdón a su mamá dejando claro que todo lo suyo quedaba para sobrinos y hermanos. La tesis que se manejó fue un suicidio, pero el 15 de diciembre se cayó al establecerse que se trató de dos homicidios. Ahí la Fiscalía ya tenía los ojos sobre el hermano, entonces sorprendido por la muerte de sus familiares.

CHN

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