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Bocas de Sarandelo y Palo de Agua (Lorica) crónica de una tragedia anunciada

Alianza Entre Ríos.co y Burbuja Política

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La Alcaldía de Lorica sabía que el río Sinú podía desbordarse por la vereda Sarandelo y el corregimiento de Palo de Agua, por donde se abrieron bocas el 22 de agosto pasado que produjeron miles de millones de pesos en pérdidas en esa zona del Bajo Sinú.

Las comunidades habían prendido las alarmas por el estado de esos dos puntos críticos, ya que eran los más graves de los 46 existentes en el municipio de Lorica. En las riberas del río hay 206 sitios erosivos por donde la corriente de agua puede desbordarse cuando sube el cauce.

La propia comunidad de Sarandelo y Palo de Agua, dicen que ellos habían informado con suficiente anticipación a la administración de Lorica, pero ésta, se hizo la de la de los oídos sordos y la vista. Nunca les prestaron atención a los llamados de los voceros.

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Por eso, en Sarandelo y Palo de Agua catalogan ese hecho como la crónica de una tragedia anunciada. Puesto que no se justifica que, estando avisados, sobre los peligros que se avecinaban, esperaran la creciente del Sinú con los pantalones abajo.

Los dirigentes de esas poblaciones fueron enfáticos en precisar que muchos de los alcaldes esperan, de manera insensible e irresponsable, que el río se desborde para luego declarar la calamidad pública. “De esa forma pueden conseguir grandes sumas de dinero y contratar a su gusto”.

“El trabajo de nosotros hubiera sido mejor”

Un dirigente de Sarandelo, Etiler Doria Arteaga, expresó que ellos habían hecho -el año pasado- trabajos de contención de 15 metros, en el punto crítico conocido como ‘la boca de Arquímedes’. “Esos trabajos son reforzados -dice- todos los años con la ayuda de la comunidad”.

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Sin embargo, en el mes de marzo -de este año- llegaron ingenieros contratados por la Alcaldía de Lorica manifestando que iban a reforzar el trabajo hecho por la comunidad para evitar que el Sinú se desbordara por ese sitio si llegaba a crecer el río.

“Tumbaron todo lo que nosotros habíamos hecho -relata con pelos y señales el dirigente-. Comenzaron, y dejaron a medias, una obra que realizaron durante cuatro meses. Nosotros hubiéramos efectuado un trabajo mejor en menos tiempo”. Sarandelo se halla en la margen derecha del Sinú.

Otro dirigente de Sarandelo, Roberto Hernández Oviedo, dijo que la Alcaldía de Lorica no terminó los trabajos por pura negligencia, pues en cuatro meses era para haber hecho una obra bien buena. “La comunidad de Sarandelo hace un trabajo de esos en cuatro o cinco días”, recalcó.

Por ese lugar de Sarandelo, donde la obra quedó inconclusa ya que faltó como un metro para nivelar con la orilla, se abrió una de las bocas por el Sinú, el 22 de agosto, que alcanzó a tener 50 metros de longitud, a pesar de que cuando iniciaron los trabajos solo tenía 15 metros.

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Para poder tapar o coger el mencionado boquete, se demoraron ocho días con material humano y maquinaria pesada.

Contrato por cerca de 40 millones

Los portales digitales Entre-Ríos.co y Burbuja Política -que realizaron la investigación- tuvieron acceso a un contrato de la Alcaldía de Lorica -vigencia 2021- cuyo objeto es la realización de trabajos en la vereda Sarandelo (Mata de Caña) y el corregimiento Palo de Agua.

El mencionado contrato por valor de 39 millones 833 mil 608 pesos, informa sobre la construcción de obras provisionales para el control transitorio de erosión en el sector boca de Nicolasa (Palo de Agua) y en Sarandelo (Mata de Caña). El contratista fue Miguel Erasmo Álvarez Arroyo.

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Palo de Agua: la misma historia

Pero si por Sarandelo se desbordó el río -quedando afectadas la mayoría de las 120 familias con el agua al cuello- por las calles de Palo de Agua no dejó de pasar la corriente. Ese mismo día -22 de agosto- se abrió la boca Cutimba, contigua a la famosa boca Nicolasa, aguas abajo.

En esa localidad, margen izquierda del río Sinú, el dirigente Franklin Hernández Genes dijo que, además de que el trabajo no se hizo en la boca Nicolasa, como aparece en el contrato, sino en Cutimba; a la obra le faltaron 50 o 60 centímetros de altura para evitar que el agua pasara por encima, como en efecto ocurrió.

Para el fiscal de la Junta de Acción Comunal de Palo de Agua, Royidis Ávila Torralvo al trabajo de Cutimba le faltó compactación, puesto que apenas empezó a crecer el río, se comenzó a filtrar el agua, que a la postre rompió todo e inundó al 80 por ciento de las 600 viviendas del lugar.

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Las comunidades de Sarandelo y Palo de Agua coinciden en afirmar que los ingenieros cuando llegan a hacer una obra de ese tipo, nunca les prestan atención a las sugerencias de la gente que lleva años residiendo en el lugar y saben cómo se comporta el río.

Esas comunidades, a través del tiempo, han hecho obras artesanales que han resultado efectivas y han evitado desbordamientos como los registrados en Sarandelo y Palo de Agua, entre otros.

Ellos admiten que, si bien es cierto, no tienen estudios de ingeniería y muchos menos son profesionales en la materia. “Sí tenemos conocimientos y la experiencia necesaria, que ha sido transmitida año tras año por nuestros abuelos ribereños. Y eso, vale demasiado”, dijo una de las personas consultadas.

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Las pérdidas

Las pérdidas de productos agropecuarios, por las inundaciones, representan cerca de 8 mil 500 millones de pesos en más de 3 mil hectáreas afectadas, donde resultaron damnificadas mil 154 personas, según la Alcaldía de Lorica.

Entre las mayores pérdidas de cultivos se hallan maíz, por 3 mil 500 millones de pesos de casi 600 hectáreas; pastos, más de 2 mil millones de pesos de 2 mil 143 hectáreas y piña, más de mil millones de pesos de 46 hectáreas.

El alcalde Jorge Negrete López, dijo que desde febrero de 2020 advirtió sobre la grave situación de los puntos críticos en el río Sinú a la altura del municipio de Santa Cruz de Lorica, pero nadie le prestó atención.

Sin embargo, hay recomendaciones de los organismos ambientales y de atención de riesgos, donde expresan que son los alcaldes los responsables de su territorio y quienes deben presentar proyectos ante el gobierno central y demás entidades, para gestionar los recursos pertinentes.

La alianza de estos medios, utilizó todos los esfuerzos para contactar al ingeniero contratista, Miguel Erasmo Álvarez Arroyo, para conocer su versión sobre los trabajos realizados, pero no fue posible localizarlo.

Lo que se alcanzó a saber es que en los días que se abrieron las bocas el profesional de la ingeniería cortó la comunicación con todo mundo y cambió de números de celulares. “Hasta el momento no se sabe su paradero”, dijo una fuente.

Cortesía : Domingo Cogollo – EntreRios

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