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Edwin Guillermo Blanco, el héroe que entregó su vida para capturar a Otoniel

Hace una semana, Edwin Guillermo Blanco, el único policía que murió en el gran operativo que logró la captura de alias Otoniel, se despidió de su familia.

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El uniformado de 34 años habló con su mamá, papá, hermana y sobrinas, les advirtió que estaría incomunicado por una misión de gran valor, sin dar más detalles.

Desde hace 15 años formaba parte de la Policía Nacional, conociendo de cerca todo el mal que el narcotráfico y grupos criminales como el Clan del Golfo le habían causado a Colombia. Siempre trabajó muy de la mano con las víctimas de este flagelo.

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El Policía Judicial y un grupo de 12 miembros de la DICAR que él lideraba, llegaron al sitio para  avanzar contra su objetivo. Tenían información del punto exacto en el que aterrizaron, en el bajo Cauca Antioqueño, estaba el primer anillo de seguridad de alias Otoniel. Los disparos de ametralladora y lanza granadas que los recibieron confirmaban la información de inteligencia.

El intendente Blanco tomó la delantera y, como ya había ido en dos oportunidades como apoyo a la operación conjunta Armagedón y conocía, no solo el terreno, sino la estrategia de Otoniel para huir, lideró cada paso que daban “sus muchachos”.

De ese primer enfrentamiento salió victorioso. Así que avanzaron, alrededor de tres kilómetros del punto de donde se presentó ese. Y en ese momento empezaron los disparos de nuevo. Estaban más cerca del objetivo, eso lo tenían claro, y por eso Blanco no cedió terreo. La Policía le disparó a alias El Indio, el jefe militar del cerco que custodiaba a Otoniel.

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Blanco y sus hombres sostenían el enfrentamiento, con el intendente siempre delante de ellos. Mientras tanto, los otros miembros de la Fuerza Pública alcanzaron a recuperar agendas, apuntes y las rutas de evacuación que tenían programadas pasa sacar a Otoniel. En medio del agitado combate se ve caer al intendente Edwin Guillermo Blanco Báez: dos de los tantos disparos impactaron su cuerpo. Uno en el pecho y otro en el cuello. Una aeronave evacuó a Blanco, para llevarlo de urgencia al hospital de Apartado, pero llegó sin signos vitales.

La valentía y estrategia de Blanco hizo que Otoniel quedara, desde las cinco de la tarde de ese viernes, solo, durmiendo a la intemperie, bajo la lluvia y sin probar bocado de comida.

Sus papás estaban esperando que su hijo cumpliera el tiempo para pensionarse. Les había prometido que se irían a vivir juntos a Medellín y les estaba construyendo un apartamento. Tenía pensado casarse con su novia de más de una década. Le prometió a su hermana que después de esta operación pasarían más tiempo juntos, pero la guerra absurda del narcotráfico acabó con los sueños de una familia. “No tengo palabras para el dolor tan grande que nos causaron, era mi niño”, dijo ahogado en llanto su padre, Guillermo Blanco.

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En la institución también lloran al uniformado que siempre se caracterizó por su humildad, sencillez, compromiso y talento.

En 15 años de servicio acumuló más de 15 felicitaciones. En abril pasado se graduó con honores como el estudiante más destacado de un curso Básico de Capacitación Profesional en Liderazgo para Suboficiales, en la Academia Interamericana de las Fuerzas Aéreas (IAAFA) en la Base Conjunta de San Antonio Lackland, en Texas, Estados Unidos.

Fuente Semana

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