Luis Soriano, el profesor de español que lleva libros a los niños de la Colombia rural en burro
Por los caminos de tierra de toda la zona rural del Magdalena va Luis Soriano en compañía de sus leales burros Alfa y Beto, de 32 y 28 años -respectivamente-. Ellos tienen la misión de compartir su amor por la lectura.
Al profesor de literatura española, graduado en la Universidad de Magdalena, le preocupaba que muchos niños, residentes en los pueblos más alejados, no tuvieran libros en casa, por lo que decidió hacer algo al respecto hace 25 años.
A Soriano se le ocurrió la idea de adaptar las mochilas de los burros y llenarlas de libros para que pudieran atravesar carreteras que a menudo son intransitables para automóviles o camiones.
Bautizó a sus burros Alfa y Beto porque juntos deletrean “alfabeto”. “Los niños (siempre) están muy emocionados porque cuando venimos es un día de colores, príncipes, princesas y emoción”, expresó el profesor.
Impulsado por la preocupación de que muchos niños colombianos abandonaban la escuela antes de tiempo debido a la pobreza y el analfabetismo, Soriano trató de inspirarlos a leer con la esperanza de poder persuadir a algunos para que se quedaran.
Cuando comenzó, enfrentó el desafío de organizar grupos de lectura en aldeas remotas, en un mundo antes de los teléfonos móviles y la cobertura generalizada de Internet, incluso los teléfonos.
Él y sus confiables mulas partían normalmente de Nueva Granada en Magdalena, a poco más de 200 kilómetros al sur de Cartagena en el norte de Colombia, cerca de la frontera con Venezuela.
Visitan los pueblos dos veces por semana, a veces caminando 2 kilómetros, pero en otras ocasiones hasta 20 kilómetros.
Sería una gran caminata para la mayoría de la gente común, pero es aún más difícil para Soriano, quien perdió parte de su pierna izquierda en un accidente en 2010, cuando uno de los burros se asustó, lo tiró y le pisoteó.
Pero este ha sido un problema menor en comparación con lidiar con los paramilitares y otros grupos delincuenciales.
La biblioteca se ha ampliado a 1.700 libros y un grupo de burros ayuda a Soriano a transmitir el placer de la palabra escrita a las mentes más jóvenes.