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Ivan Antonio Garnica Diaz, 20 años de su muerte

Con motivo del vigésimo aniversario del asesinato del docente Iván Garnica Diaz, su hijo Juan Camilo, que en ese entonces solo era un adolescente, se me acerco hace algunos días y me dijo : “ Doctor Ángel, quiero saber mas y mas de mi Papá y usted es la persona indicada por haber sido su profesor en el seminario, su colega en la docencia Universitaria y cercano asesor en la rectoría de la Universidad de Córdoba y en la Gobernación de Córdoba”.

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Con gusto, Juan Camilo: Como alumno lo recuerdo muy bien, fue disciplinado, devorador de libros, estudioso, intelectualmente inquieto siempre tenía una pregunta en la punta de la lengua para cada profesor de turno, lo recuerdo por su compañerismo, su espíritu de servicio, siempre disponible para los demás.

Como docente en la universidad de Córdoba, gozó siempre de mucho aprecio por su seriedad, como persona y su autoridad académica. En la evaluación anual que realizaba la universidad a sus profesores siempre obtuvo un porcentaje no inferiores a 90 sobre 100.

Una alumna del área de sociales dijo una vez: “El profesor Garnica nos hace pensar, nos pone a dudar y a salir de la duda investigando” enseñaba a sus alumnos a ser analíticos y críticos de los hechos de la historia y los acontecimientos actuales.

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Otro alumno, recuerdo, comentó una vez en público que admiraba la honestidad intelectual del profesor Garnica, porque en los debates que fomentaba en clase, cuando no sabia una respuesta, no se ponía a divagar como otros, sino simplemente decía “en la próxima clase te traigo la respuesta”.

Cuando en 1992 fui nombrado rector de la Universidad de Córdoba, todas las universidades oficiales del país afrontaban una grave crisis económica que las tenía frenadas en su funcionamiento y crecimiento.
Hubo una excepción para la Universidad de Córdoba que fue la gestión pertinaz y convincente del senador Juan Manuel López Cabrales, ante el Ministro de Hacienda Rudolf Hommes, logró del Gobierno Central ingentes partidas presupuestales que la volvieron nuevamente viable y propició su notable crecimiento. Aquí el profesor Iván Garnica, visionario de los signos de los tiempos, con un grupo de profesores y administrativos calificados me acompañó muy de cerca en la traída y socialización del internet a la Universidad de Córdoba, más aún en el uso de los modernos medios masivos de comunicación aplicados a la educación a distancia. Esto fue una novedad en ese entonces.

El profesor Garnica desde la División del Programa de Educación a Distancia, hizo convenio con los alcaldes y logró la profesionalización de centenares de profesores de primaria y secundaria en cada municipio de Córdoba, Simití- Bolívar y San Pedro de Urabá – Antioquia.
Desde la gobernación Iván, siguió a mi lado como asesor en asuntos educativos, fue una ayuda muy eficaz en manejo de las relaciones y gestiones referentes al sector educativo.
Juan Camilo en esta fecha que recordamos tanto a tu Papá, quiero hacerles llegar a tus hermanos mis sentimientos de cercanía y amistad, pero espacialmente para tu Madre Sonia, mi admiración y aprecio por su fortaleza, sabiduría y dedicación en el manejo del hogar y la educación de sus hijos.

Iván Garnica, tuvo de compañeros de estudios a Monseñor Julio Cesar Vidal Ortiz, hoy obispo emérito de Cúcuta. Y como quien mejor conoce a sus alumnos son sus condiscípulo, me permití pedirle al señor Obispo Julio Cesar una semblanza de Iván. Y así se expresó:
“Iván Garnica fue mi compañero de estudios en el seminario menor de Montería, aunque yo iba más adelante, después en el seminario mayor de Barranquilla el cursaba Filosofía y yo la Teología. Realmente la imagen que tengo de él, es supremamente positiva, era una persona humilde y muy cercana, una persona alegre, mamador de gallo como se dice en la costa y muy fino en cosas.

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Intelectualmente era una persona inquieta, que yo considero inteligente, que se preparo para la vida. El se tomaba las cosas con mucha seriedad, era una persona muy educada que nunca busco perjudicar o hace sufrir a los demás, sino que siempre fue el amigo cercano, el amigo disponible, el amigo que estaba pronto para dialogar y pronto para atender a los requerimientos que uno le pudiera hacer.
Iván una persona indudablemente con un deseo de servicio. Termino filosofía en el seminario mayor y descubrió que su camino no era el sacerdocio, entonces se preparó para poder servir en vida a la sociedad.

No cabe duda, que, si no le quitan la vida, hubiera sido un gran personaje aquí en Córdoba. Un gran pensador vinculado a la Universidad de Córdoba, se perfilaba como rectorable, porque intelectualmente era un profesional muy inquieto, que le gustaba leer e investigar. ¡Pensante! No tragaba entero y todo lo analizaba, Dialogante. Se podía conversar con el, con altura sobre asuntos serios de la persona humana y de la vida, de la situación religiosa, económica y política de Córdoba y el país.

Ciertamente a sus amigos nos dolió mucho cuando se supo la noticia, a mi me produjo un inmenso dolor porque vi que se perdía una persona, sobre la cual se cifraban muchas esperanzas”.

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