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A un Amigo

Por: Nidia Serrano
Periodista El Universal

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A continuación les comparto las palabras de despedida que pronuncié hoy en el sepelio de mi amigo y colega Rafael Chica. Se me hizo un nudo en la garganta, pues jamás creí que este adiós fuera tan pronto.

Ese día nos sentamos en el viejo ranchón de la casa de doña Neila, su madre. Me había prometido brindarme la mejor viuda de carne salada, que hubiera podido probar en la vida. Sin embargo, no era ese su único afán.

Ese mismo día ocurrieron dos cosas importantes en mi vida. La primera de ellas, fue el nacimiento de una entrañable amistad, que se consolidó con el paso de los años. La segunda, que aprovecho hoy para agradecerle una vez más, fue que me presentara a Daniel, su amigo del alma, su hermano como lo llamaba, quien es hoy mi esposo, desde hace 28 años, y padre de mis dos hijos.

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En medio de la brisa fresca y del vaivén de las mecedoras, me habló de sus sueños. Tenía entonces un pequeño periódico que se llamaba Notimes, pero quería mucho más. Su anhelo era llegar lejos y retribuir con creces todos los sacrificios hechos por sus padres, quienes, en medio de las limitaciones, lograron formarlo como comunicador social en la Universidad Autónoma del Caribe de Barranquilla.

Su segundo paso fue convertirse en el corresponsal de Cereté para El Universal, periódico que ha sido mi casa durante 33 años.
Cuando lo pisó por primera vez, aún encandilado por el fuerte sol veranero, le devolví el favor. Ese día le presenté a Denis Cabrales Vega, su esposa, su guerrera, su verraca, como la llamaba, la mujer que hoy, nuevamente, después de una pausa de cuatro años, lo recibe en sus brazos para deleitarse en el amor que juraron en el altar, tenerse hasta la eternidad.

Para mi amiguito, como yo solía decirle, no hubo fronteras cerradas. En su paso por la vida terrenal dio ejemplo de superación y de templanza. Ya lo imagino en el cielo, proponiéndole a Dios, la creación de un equipo de prensa para poder enviar comunicados a esta tierra que lo vio partir de forma pronta.

Sí, eso era Rafa, un gestor de iniciativas, un empresario del periodismo, un comunicador consagrado y comprometido con el oficio, un corresponsal de televisión que nunca evadió su responsabilidad de informar, el director de Chica Noticias, su último proyecto de vida, que lo logró consolidar como uno de los periodistas más reconocidos del departamento.

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Este hombre, que nunca perdió su sencillez, se atrevió también a romper los esquemas tradicionales de la política para convertirse en concejal y luego en el alcalde de su amada Cereté.

Soy testigo fiel del compromiso que le profesaba a la comunidad que necesitaba ser escuchada, a sus padres, a sus hermanos, sobrinos, familiares, amigos, pero sobre todo soy testigo del profundo amor que le tenía a sus hijas Melisa, Denis María, Carolina y Angélica, quienes fueron siempre su aliciente, su fortaleza y su gran orgullo.

Rafa, 31 años después puedo decir que hiciste realidad los sueños que me contaste en ese viejo ranchón de Doña Neila, quien ahora te recibe con los brazos abiertos en el cielo, al igual que Denis. Las mecedoras siguen allí y aunque ya no estemos todos físicamente, el amor, la unión, la amistad y los sueños siguen creciendo a la velocidad de la brisa que nos acompañaba ese día.

Los que permanecemos en este lugar nos comprometemos a seguir con tu legado, a seguir exaltando tu compromiso, tu labor y tu dedicación, a caminar junto a tus hijas ese recorrido que estamos seguros, todos los aquí presentes, te hubiera gustado caminar con ellas, a elevar el periodismo al nivel que siempre quisiste, a ser empáticos, a tener la fe que tú nos enseñaste, pero, sobre todo, nos comprometemos a no olvidarte jamás.

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