En el barrio El Pescaito, de Santa Marta, un joven le rompió la vitrina de fritos a su mamá porque no le dio para comprar vicio. Con este puesto de fritos la mamá se gana la vida para sostener a la familia.
En consecuencia lo agarraron y lo empezaron a golpear con palos para que no lo volviera hacer. El joven presenta problemas de drogadicción y anda en la calle descamisado y sin chanclas.