Nacional

Colombiana gana premio de ONU por salvar niños de explotación sexual

Mayerlín Vergara Pérez lleva más de 20 años rescatándolos de esquinas, burdeles y bares, principalmente en La Guajira, donde abundan refugiados venezolanos.

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La labor de Vergara Pérez, más conocida como Maye, acaba de ser reconocida por la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), que le otorgó el Premio Nansen para los Refugiados de este año.

“Personas como Maye representan lo mejor de nosotros. Su valentía y entrega desinteresadas para rescatar y proteger a algunos de los niños y niñas más vulnerables del mundo son nada menos que heroicas”, dijo Filippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, citado en un comunicado de esa agencia.

Los niños bajo el cuidado de Vergara Pérez fueron víctimas de explotación sexual forzada, a veces por redes de trata de personas, o han sido separados de familias distorsionadas por el abuso, por lo que han pasado por traumas casi inimaginables, agrega la ACNUR en un perfil que hace de la galardonada. “Su proceso de recuperación es largo y convulso”, dice sobre el cuidado con los menores.

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“Ella encarna la esencia de este premio. Su dedicación inquebrantable ha salvado la vida de cientos de niños y niñas refugiados y les ha devuelto la esperanza de un futuro mejor”, añadió Grandi al referirse a Vergara Pérez, cuya actividad ha puesto en riesgo a menudo su propia seguridad, cuando recorre a pie las calles de pueblos y comunidades en el noreste de Colombia donde operan los traficantes y tratantes de personas.

La explotación sexual “tiene un enorme impacto en la niñez, emocional, psicológico, físico y social”, dijo Vergara Pérez, citada en el mismo despacho de la ACNUR. “Vemos niñas que sienten que sus cuerpos no les pertenecen. Sus cuerpos han sido tan maltratados, tan abusados, tan explotados que se sienten alienadas de esos cuerpos, como si no les pertenecieran. La violencia sexual prácticamente ha destruido su capacidad de soñar. Les ha robado las sonrisas y les ha llenado de dolor, angustia y ansiedad. El dolor y el vacío emocional que sienten es tan profundo que simplemente no quieren vivir”.

Puntualmente, Vergara Pérez ha adelantado su labor como coordinadora regional para La Guajira de la Fundación Renacer, que tiene por objetivo erradicar la explotación y el abuso sexual de menores desde hace 32 años.

Pero su labor por recuperar niños de las garras de los delincuentes no se ha limitado al estricto trabajo de campo. En 2009, su incesante activismo y cabildeo contribuyeron a la adopción de dos leyes calificadas por la ACNUR como “históricas”: la Ley 1329, que estableció una pena mínima obligatoria de al menos 14 años de cárcel para las personas condenadas por facilitar e instigar a la explotación sexual de niños, niñas y adolescentes; y la Ley 1336, que puso la mira en los propietarios de establecimientos que permiten la explotación sexual de niños y niñas en sus instalaciones.

Cortesía: Pulzo

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