El secuestro en Córdoba del joven abogado Juan Camilo Borja Valdez tiene en vilo a la comunidad ante el caso que cada día se torna más complicado.
Por fortuna ayer llegó a Córdoba el Comando Aéreo de Combate de la Fuerza Aérea Colombiana (Cacom-3) para intensificar por aire y tierra la búsqueda del abogado.
Tras la pista de los secuestradores
Su búsqueda se está dando desde la tarde del viernes 18 de septiembre en zonas rurales de Montería, Ciénaga de Oro, San Carlos, Cereté y San Pelayo y en la zona conocida como el ‘Triángulo de la Muerte’, región comprendida por los corregimientos de Campo Alegre, Arenoso, Marañonal (Planeta Rica) y el corregimiento de San Francisco del Rayo (Montelíbano). Esto en el San Jorge cordobés.
Está zona hace parte de la búsqueda porque Montería y San Carlos, fue donde en junio de 2017 se registró el último secuestro extorsivo en el municipio de Montería, y el plagiado, un hijo de un ganadero, fue dejado en libertad en la vereda donde secuestraron a Juan Camilo Borja.
Para los expertos en el tema del secuestro, los hechos han ocurrido en esta zona rural debido a la facilidad de los delincuentes para salir de este lugar hacia otros municipios por la cantidad de vías alternas existentes.
La desaparición del joven de 27 años quedó al descubierto la tarde del jueves 17 de septiembre en su casafinca ubicada en la vereda Aguas Negras, al norte de Montería, horas después de que un comando armado de cinco sujetos ingresara ese mismo día en la madrugada a la propiedad donde dormía con su familia.
Juan Camilo Borja es oriundo de Chocó y su padre también fue secuestrado el año pasado en Istmina y luego fue liberado por la guerrila del Eln.
Aunque se conoció que ya el secuestrado se comunicó con su familia, las autoridades no han revelado qué tipo de organización delincuencial lo mantiene retenido.
No se descarta que se trate de obra de la delincuencia común que tenga contacto con algún grupo armado ilegal que estuviera interesado en retener al abogado, atraído por los recursos que maneja desde Montería y sus constantes movimientos hacia zonas como el Urabá antioqueño y el Chocó, donde su padre es dueño de una mina de oro. Los hombres escogieron a su víctima por la facilidad que les proporcionaba actuar sin tener que matar a alguien.
