Montería

Coronavirus: Así afecta a las ‘damas de compañía’ donde la Mimi en Montería

El Nigth Club Villa Magdalena de la fallecida Gertrudis Galaraga Pertuz como se le conoce en toda la costa Caribe hasta La Guajira, no escapa a esta realidad.

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Solo quedaron 4, entre ellas hay 2 venezolanas

Damas de compañía de donde La Mimi están ‘varadas’

Por: Rafael Anzoátegui Lozano

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El aislamiento social, debido a la pandemia del Coronavius que produce la enfermedad de la Covid-19, ha afectado la economía del mundo, Colombia y por ende de Montería y Córdoba.

Las discotecas y bares de la Zona Rosa, lo mismo que los bebederos de barrios han sido ‘golpeados’ duramente por la crisis al igual que a todo el comercio en general.

Unos de los negocios que más han sufrido el rigor del aislamiento y las medida para frenar la propagación del mortal virus, son los clubes nocturnos y las llamadas ‘casas de citas´, atendidas por ‘damas de compañía’.

El Nigth Club Villa Magdalena de la fallecida Gertrudis Galaraga Pertuz o La Mimi, como se le conoce en toda la costa Caribe hasta La Guajira, no escapa a esta realidad.

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Todas mujeres que allí laboraban recogieron sus maletas y se marcharon para sus lugares de origen con más incertidumbre que esperanzas.

Sin embargo, en la que fue la casa de la popular ‘Mimi’, quien el próximo 24 de junio cumplirá dos años de haber muerto por causas naturales, quedaron dos venezolanas, una de Turbo y otra dama de un lugar que no supimos.

EL PROPIO conversó con una de ellas sobre cómo hacían para alimentarse, sino les llegaban clientes.

Una hermosa joven trigueña con curvas aguitarradas y de acento costeño (no reveló su identidad), respondió que algunos amigos de la Policía Nacional les llevaban mercados. La mujer agregó que de la Alcaldía de Montería también les entregaron alimentos, además de los que clientes de buen corazón les han hecho llegar.

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Javier Vásquez Galaraga, hijo de ‘La Mimi’ nos comentó que “la cosa está pelúa porque estamos pensando seriamente qué vamos hacer con el negocio teniendo en cuenta que son varias familias las que dependen de él y mientras tanto toca pagar impuestos y servicios. Ojalá el Gobierno ya sea municipal o nacional nos incluya en la lista de negocios de la pequeña empresa para poder seguir brindándole trabajo a los que dependen de esta actividad ya que contamos con los documentos en regla para funcionar”.

La casa de citas de La Mimi, ubicada en el barrio Sucre, está funcionando desde el 1991 y muchas han sido las historias que se han tejido sobre la misma.

A este lugar que parece (aún) ser una vivienda familiar, con el tradicional techo de palma y paredes de bahareque repelladas con cemento, asistieron desde concejales y reconocidos políticos de la región hasta empresarios de varios lugares del país, todos de incógnitos y amparados por las sombras de la noche.

También se rumoró hace años, en algunos medios de comunicación, que ‘La Mimi’ vendería su negocio para se construyera una iglesia cristiana, cosa que no ocurrió.

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Javier Vásquez está a la espera de una reunión familiar para que se tome una decisión final para el bien tanto de ellos como de los trabajadores (cantineros, disc jockey y por supuesto, las damas de compañía).

Por ahora, las cuatro mujeres solo esperan la ocasión ya sea para arrancar a trabajar en firme o para regresar a sus casas con las manos vacías por culpa del Coronavirus.

Vía ElMeridiano

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