Opinión

¿En vilo la supervivencia de la humanidad por la deforestación e incendios del Amazonas?

El Amazonas reviste importancia para la humanidad por ser regulador de los ciclos biogeoquímicos (carbono, nitrógeno, fósforo, azufre, potasio), ciclo del agua y refugio de alrededor del 10% de la biodiversidad conocida en el mundo.  Alberga cerca de 34 millones de habitantes en toda su extensión, entre las cuales se encuentran 350 grupos indígenas.

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Almacena el 10% del carbono mundial, por tener 6.7 millones de km2 en cobertura vegetal.

Esto hace que sea un ecosistema de 1.000.000 de km2 de agua dulce y responsable de retener entre el 17 – 20% del agua global.  Aunque tenga en la actualidad 2.1 millones de km2, sigue siendo vulnerable a la expansión de las fronteras agrícola, pecuaria y minera.

Le hemos encomendado a los gobiernos de Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Venezuela, Brasil y a algunos países solidarios el sostenimiento del área total sin que sufra degradación alguna.  Olvidando que los ecosistemas por funcionamiento propio sufren degradación.  Olvidando que este tipo de ecosistema tiene un gran potencial para su explotación en especies prodigiosas que pueden servir de cura para las enfermedades que padecemos hoy.

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Olvidando que existe un conocimiento ancestral en las comunidades indígenas y pobladores del gran Amazonas muy difícil de avaluar.  Olvidando que existe una riqueza en recursos naturales que pueden solucionar problemas alimentarios y económicos a las comunidades del área si se explotan sosteniblemente.  Olvidando que la devastación del Amazonas es gran parte por la demanda desmedida de la humanidad de recursos naturales, alimentarios y económicos para su subsistencia.

También hemos olvidado que en el mundo moderno existe un enemigo en común para la humanidad, y es el cambio climático.  Ese cambio que no lo vemos, pero si lo sentimos.  Que no nos avisa cuando se va a ocasionar trastornos en nuestras actividades cotidianas.  Ese cambio a los que muchos de los gobiernos se hacen los sordos, ciegos y mudos.  Pero que también ven en el Amazonas la salvación de nuestro planeta.

Creería que el sostenimiento del Amazonas es mucha responsabilidad para tan pocos países en donde territorialmente se encuentra distribuido, porqué es la perpetuidad de nuestro planeta lo que está en medio de este juego económico, político, ambiental y social.  El Amazonas es también responsabilidad para el resto de la humanidad que la está viendo con una mirada discreta.  Sin embargo, no se jactan de exigir que se mantenga en un excelente estado saludable el gran Amazonas.  Me hago la pregunta… ¿Es una humanidad hipócrita que no valora hasta su misma supervivencia?

Lo sucedido hoy con el Amazonas es una alerta mundial que debemos leer y analizar detenidamente para que no se repita en lo posible.  Considero que debemos cambiar el paradigma sobre el desarrollo económico y comprometernos con el desarrollo sostenible.  La sostenibilidad supone la compatibilización entre el desarrollo y el conservacionismo.  No tengo dudas que Brasil, Colombia, Perú, Bolivia, Venezuela y Ecuador están comprometido con garantizar la sostenibilidad y la salud del Amazonas, aclarando que algunos más que otros.  Hemos visto como algunas políticas económicas de Brasil han disminuido el área del Amazonas con el aumento gradual de focos de incendios en el último año hasta la materialización del actualmente vivido con dimensiones astronómicas.  En Colombia el panorama no es diferente, hace unos meses atrás estábamos alarmado con altas tasas de deforestación en el Amazonas Colombiano.  Esperemos que el gobierno colombiano fije aún más su mirada hacia el Amazonas.  Que contribuya a su conservación mediante la formulación y cumplimiento de políticas ambientales acertadas.  Sin embargo, hay que exigirle al resto de países del mundo que también nos apoyen, porqué lo que suceda en el Amazonas también los afecta.

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Pretendo llamar la atención en algo muy relevante, el cambio climático es responsable en gran porcentaje del desastre que vivimos hoy en el Amazonas.  También que el cambio climático es real y es atribuible principalmente a las elevadas emisiones de CO2 provenientes de la quema los combustibles fósiles. Esto es una alerta para que el país establezca políticas para avanzar hacia una transición energética promoviendo las energías alternativas como los biocombustibles, la energía solar, la energía eólica, la energía mareomotriz, la energía geotérmica y la energía de la biomasa residual.  Esta última, al igual que los biocombustibles, son recursos energéticos renovables que no interrumpen los ciclos biogeoquímicos y del agua, los que se verán afectados con el desastre que ha dejado los incendios en el Amazonas sur y central.

En conclusión, no basta crear políticas de conservación y restauración para el Amazonas.  Es necesario crear políticas económicas en donde se incluyan los costos ambientales para que se puedan financiar las medidas de prevención, mitigación y recuperación del ambiente de manera eficaz sin elevar nuestros pasivos ambientales.  Al igual, es necesario fijar la mirada hacia una transición energética que promueva decididamente el uso de los biocombustibles y la biomasa cultivada o residual teniendo en cuenta sus beneficios ambientales.  Amerita también promover el uso eficiente de la energía y de los recursos naturales.  Importante también pensar en una bioprospección para el Amazonas Colombiano y así lograr la explotación que tanto demanda nuestro planeta, una explotación sostenible del Amazonas.

 

Quelbis Román Quintero Bertel

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Ing. Agrícola, Ph. D.

Docente Universitario e Investigador

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