El fútbol y los impuestos
POR HORACIO AYALA VELA
Leyendo las noticias sobre la Copa América de Fútbol, que se celebrará el próximo año, resulta curioso advertir que la adjudicación de la sede del evento, disputada o compartida por Colombia y Argentina, está sujeta a que el país favorecido exonere de impuestos el torneo.
Con alguna lógica podría pensarse que
los requisitos para la adjudicación de un campeonato de fútbol están
intrínsecamente vinculados con la celebración de los partidos, como la
infraestructura, el tamaño de los estadios, la disponibilidad de hoteles,
comunicaciones, entre otros. Pero la caprichosa exigencia de la exención
tributaria lleva a recordar que la Fifa actúa como un superpoder, donde cualquier
injerencia del Estado sobre el fútbol amenaza con la descalificación de la
Federación del respectivo país. Quiere, además, el monopolio de los impuestos,
en la medida en que cobra tasas por la realización de cada partido.
No es fácil entender que el tema tributario prime sobre elementos
fundamentales, como es el tamaño y la comodidad de los estadios; quizá para
fortuna de nuestro país, porque en ese aspecto definitivamente estamos en
desventaja. Nuestra imponente capital, con más de ocho millones de habitantes,
depende de un viejo Campín, donde escasamente se acomodan 37.000 espectadores;
en los estadios de Medellín y Barranquilla caben alrededor de 48.000, y 42.000
en el de Cali, mientras que solo en el Gran Buenos Aires, los argentinos
cuentan con al menos siete estadios que se acercan o exceden los 50.000
espectadores. Para no hablar de las facilidades de movilidad: de acuerdo con
las cifras de Inrix Research, publicadas recientemente, Bogotá tiene la
‘distinción’ de ser la ciudad del mundo donde los conductores perdemos más
tiempo en los atascos de tráfico; más de tres semanas al año en ir y venir al
trabajo.
Las noticias de prensa atribuyen al Presidente de la Conmebol frases como:
“Para que Argentina sea sede, su gobierno debe comprometerse a liberar de
impuestos a la organización, algo que los colombianos ya hicieron”; “Si este
requisito se cumple, y en la carta del presidente colombiano Iván Duque ya está
comprometida esa gestión, es un requisito a favor. Estamos esperando que
acontezca lo propio con Argentina”, añadió el dirigente.
Tal parece que los miembros de la delegación colombiana a las reuniones de la
Conmebol, entre quienes seguramente hay funcionarios del Gobierno, ignoran que
en Colombia –como en todos los países– los impuestos solo pueden ser decretados
y eliminados o suspendidos por el Congreso de la República, si son del ámbito
nacional, y que los municipios y departamentos gozan de autonomía en materia de
los tributos de las regiones. Seguramente, también ignoran (¿u olvidan?), que en
la Copa América, organizada por Colombia en el 2001, la Federación Colombiana
de Fútbol pagó 501 millones de pesos de impuestos por la realización del
evento, según información que fue pública, después de un embargo que se realizó
a las cuentas de la entidad por parte del gobierno caleño. Se afirmaba en ese
entonces, que el Alcalde, John Mario Rodríguez, habría exonerado del pago del
gravamen al certamen futbolístico, lo cual originó, además, el embargo de sus
cuentas personales.