Las autoridades no dan tregua en el Sur de Córdoba y en Bajo Cauca, donde persiguen a las bacrim.
Por foráneo lo asesinaron, les da temor trabajar en el Bajo Cauca.
Confirmado un nuevo asesinato en el Bajo Cauca antioqueño, queda más que confirmado lo de las ‘fronteras invisibles’ de las bacrim (Caparrapos y Clan del Golfo) y como si fuera poco también se corrobora que allí aplican una especie de ‘censo criminal’, es decir, al que no conozcan como habitante de la región, lo más seguro es su asesinato.
Este tema ha hecho que algunos contratistas cordobeses y personas que allí laboran y viajaban desde sus hogares en municipios vecinos, hayan dejado esa rutina por temor a ser confundidos con informantes o integrantes de alguna de las bandas criminales.
Ayer mientras Francisco Serna aún permanecía en la Fiscalía en Montería haciendo trámites para la reclamación del cadáver de su hijo, Juan Gabriel Serna, quien hoy completa 8 días de haber desaparecido, se confirmó sobre otro asesinato similar al de este contratista de EPM y de su esposa María Angélica Roche López. La pareja fue interceptada cuando se movilizaban en moto hacia Caucasia, luego de haber salido de Yarumal.
Precisamente ayer se conoció que un hombre natural de ese municipio que fue asesinado en Cáceres, en el corregimiento de El Jardín. Se trata de Dubián Atehortúa, de 27 años, quien se encontraba en la casa de su pareja sentimental en el barrio El Prado.
Los lugareños no tardaron en llegar al lugar para ver a la víctima, pero se les dificultaba conocerlo porque no era del pueblo.
De inmediato comentaron que lo más seguro es que la causa de su muerte fue por ser desconocido. El joven había llegado procedente de Montería hacía poco, luego de emprender un viaje desde el Urabá la semana pasada en busca de trabajo en el Bajo Cauca.
Por eso se radicó en casa de sus suegros en El Jardín, desconociendo que allí el que no aparezca en el ‘censo’ de las bacrim es objeto de cuestionamiento y duda; y ante esto último el crimen organizado es despiadado.