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¡Mi entierro que sea de rojo!

Javier Paéz, Chica Noticias
Cereté.

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Varios años han pasado y todavía en el barrio Caracas, recuerdan el particular entierro de un aficionado a las corralejas, pues fue único en Cereté.

Se trataba del mantero popular en esa barriada, conocido como Migdonio de Jesús Ortiz Díaz, lo apodaban “El múcura”,

Este en vida, les repetía constantemente a sus familiares y también amigos que cuando se muriera, y posteriormente fueran a enterrarlo, se vistieran de rojo.

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El hombre falleció, un amanecer del 25 de marzo. Migdonio de Jesús, residía en el caserío de Comba (Caracas-Cereté) cerca al caño Bugre. Por todo lo anterior, primeramente la mujer, hermanos, tíos, sobrinos, primos, hijos, vecinos y asimismo amigos, para cumplir la promesa hecha a “El múcura” vistieron de camisas, faldas, accesorios y suéteres de color rojo.

Al sacar el féretro y trasladarlo hasta la iglesia Central de Cereté, cientos de habitantes de esta parte de la ciudad, que lo conocían, salieron de luto, pero de rojo.

Este suceso llamó tanto la atención que muchos cereteano, que estaban en casa se asomaron por las ventanas a mirar, por lo raro del entierro, pues algunos también aplaudían y se mostraban sonrientes.

“Él, les pidió a su gente que el día de su muerte fuéramos de rojo. Se los recalcaba tanto a hombres y también mujeres, fue y era su petición muchos moradores del barrio, se la cumplieron y por eso lo acompañaron hasta su última morada”, explicó  el hermano del fallecido.

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Una mancha roja.

De Caracas, salió la multitud formando en la calle central, una mancha roja que tenía una misión acompañar a Migdonio, “el múcura”. “Bailaba con un múcura en la cabeza” Por bailar en todo tipo de fiestas de corralejas con una múcura en la cabeza, en diferentes regiones del departamento, se dio a conocer como “El múcura”, hacía presentaciones y por eso algunos ganaderos y personas le pagaban algo de dinero. “Bailaba hasta con un vaso de agua, en la frente sin dejarlo caer, eso era un espectáculo para los curiosos y le daban platica”, sostuvo una sobrina del desaparecido torero.

Le gustó el baile

Por su parte otros dolientes de “El múcura” señalaron que desde muy pequeño le gustó el baile y también la música, por tal motivo recorría las principales plazas de corralejas en Córdoba: Cotorra, Cereté, Ciénaga de oro, San Carlos, Planeta Rica. “Allí (en corralejas), les repetía a sus compañeros de farra: “Cuando me entierren en el cementerio que vayan vestidos de rojo, porque eso es alegría”, explicó otro doliente.

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