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Hospital San Jerónimo de Montería: El tigre no es como lo pinta la Supersalud

Por Rafael Chica Guzmán

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La imagen de una cama de hospital, vieja, oxidada y abandonada debajo de un palo de mango, fue lo que ilustró la noticia de la intervención del Hospital San Jerónimo de Montería en los medios locales y nacionales.

Al mundo entero se dijo que el Hospital San Jerónimo era un antro de ratones y bichos que convivían con gatos en medio de pacientes sin cama o tirados en los pasillos de la urgencia.

A la opinión publica le quedo en la retina que en el hospital de Montería todo estaba patas para arriba y que la Superintendencia Nacional de Salud, llegaba de Bogotá a salvar una institución que los cordobeses habían dejado convertida en toda una ruina.

¿Pero esa es la realidad del Hospital San Jerónimo de Montería?

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Dice el dicho que una imagen vale más que mil palabras, y si nos atenemos a la imagen mostrada por los medios de comunicación, la de la cama oxidada, de seguro el mensaje es: ¡Ese hospital se lo acabaron!.

Sin embargo lo que no se dijo en los informes, al mostrar esas imágenes, aunque la misma imagen lo deja ver, es que esa cama, al igual que unas cincuenta más, se encontraban en el patio del hospital, debajo de los palos de mango, y estaban allí, porque el contratista que desde hace cuatro meses está remodelando el San Jerónimo, las tenía allí para llevar al taller, a las que se pudieran recuperar o dar de baja a las que no servían.

Las cámaras de televisión y los fotógrafos se recrearon mostrando las montañas de camas archivadas, pero no se fueron al pabellón de hospitalización del segundo piso, lugar de donde se sacaron esas camas, y que hoy está remodelado, con paredes blancas y limpias, camas nuevas con sus tendidos y aire acondicionado para confort de los pacientes.

Tampoco mostraron los trabajos que se realizan en el pabellón de hospitalización del tercer piso, los dos quirófanos, la sala de pediatría y una de las unidades de cuidados intensivos.

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No se dijo que los ratones encontrados en algunos sectores del hospital, son a causa de la construcción paralizada del pabellón materno-infantil y el monte crecido que existe detrás del hospital, en del sector que colinda con la zona aledaña a Comfacor, que es un botadero de basuras, criadero, no solo de ratones sino de zorras y otros animales que se pasan a la edificación del centro de salud. En el Hospital hay documentación que da cuenta de la existencia de esos animales y las constantes campañas realizadas para acabar con ellos.

Incluso, un día antes de que los funcionarios de la Supersalud llegaran con piquetes de policías, como si se fueran a tomarse el Bronx, o a capturar a los jefes de los Clan del Golfo, la dirección del hospital había iniciado el desmonte de los terrenos que rodean al hospital y había acordado con el contratista, que actualmente remodela varios sectores del centro asistencial, llenar la zona con balasto compactado para acabar con la madriguera de los ratones y las zorras.

Otro titular sensacionalista dado por la Supersalud es que se había encontrado en el hospital una población de gatos que convivía con los pacientes y el personal que labora en el centro asistencial, lo cual es cierto, pero no se dijo, y hay constancia de eso, que desde diciembre la dirección del hospital había emprendido acciones para acabar con ese problema generado por acompañantes de paciente y hasta algunos trabajadores del centro asistencial, que acostumbraron a los felinos, a llegar al lugar para recibir comida.

En el hospital hay evidencias de la campaña realizada a finales de enero, cuando empleados del centro asistencial hicieron una captura de los gatos que se encontraban en diversos sectores, logrando aprehender a doce animales que fueron llevados al corregimiento El Doce y regalados a familias de esa población.

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Los colombianos se indignaron cuando escucharon que se había encontrado medicamentos vencidos, pero no se aclaró que esas medicinas estaban guardadas en un cuarto con llave, al que solo tiene acceso personal del hospital que las había llevado allí luego de darles de baja en los stop del almacén. Hay actas de mayo del 2018, conocidas para la Junta Directiva del Hospital San Jerónimo, que dan cuenta del “cuarto de San Alejo”, donde se indica el almacenamiento de esos medicamentos vencidos y hasta se dice que su valor no es superior a los 5 millones de pesos.

Esos medicamentos no estaban en farmacia, estaban en el “cuarto de San Alejo” y estaban inventariados como medicamentos vencidos, por lo cual no era posible que se tomaran para atender a los pacientes. Pero eso no lo dijo la Supersalud.

Las finanzas del hospital

Con bombos y platillos la Superintendencia Nacional de Salud dice que se encontraron inconsistencias en la parte contable y de facturación del hospital San Jerónimo, lo cual debe ser cierto, pero no se aclara a la opinión publica que entre comillas, eso es casi que normal en los centros salud, públicos o privados, donde se factura, pero luego se hacen glosas de esa facturaciones y conciliaciones entre las partes.

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Tampoco se contó que las cuentas del Hospital San Jerónimo de Montería son claras al decir que las EPS deben más de 98 mil millones de pesos y el centro de salud solo le debe a sus proveedores cerca de 60 mil millones, lo cual indica que si la Supersalud ayudara al hospital, tal y como los últimos gerentes Isaura Hernandez y Juan Carlos Cervates, con el apoyo de la Gobernadora Sandra Devia, lo han pedido, la IPS publica más importante de la ciudad quedara con superávit.

No se ha dicho, y la Supersalud lo sabe, porque ha estado presente en las reuniones, algunas de ellas realizadas en la sede de la Procuraduría en Córdoba, que las EPS, como EMDISALUD, Comfacor, Mutual Ser, entre otras, se han burlado de los gerentes del Hospital y hasta de la misma Supersalud y la Procuraduría, al no cumplir los acuerdos de pago acordados en esos encuentros.

Considero de vital importancia que Córdoba y Colombia conozca cuales son los acuerdos establecidos y como, antes de que la Supesalud hiciera la intervención, el Gerente Encargado Juan Carlos Cervantes, con el apoyo de la Gobernadora Sandra Devia, habían logrado obtener un buen flujo de ingreso mensual que garantiza el pago puntual de trabajadores, contratistas y hasta abono a las viejas deudas con los médicos especialistas.

Digo lo anterior para más tarde no salga la interventora designada por la Supersalud a decir que ellos salvaron al hospital.

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Estos son los acuerdos de pagos

EMDISALUD EPS: Un primer acuerdo por 14 mil millones de pesos y otro por 8 mil millones. En total reconoció pagar 22 mil millones de pesos de la siguiente manera: En el mes de enero 1.300 millones discriminados así: 500 millones para el primer acuerdo, 400 para el 2° acuerdo y 400 millones para lo corriente sin ser inferior al 50% del radicado. En enero cumplieron pagando 1,300 millones, pero incumplieron en no consiganar el 50% del giro corriente, o sea, el 50% de lo facturado en el mes.

MUTUALSER EPS: Se comprometió en un acuerdo por 2.600 millones de pesos, de los cuales giró 800 millones antes del 31 de dic/18. Se está a la espera del desembolso del resto de ese acuerdo.

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SALUD VIDA EPS: Firmó acuerdo para pagar 10 Mil millones de pesos, comprometiéndose en girar 500 millones de pesos antes del 31 de dic/18 y cumplió. Se comprometió que en enero pagaría 250 millones para regular el acuerdo incumplido anteriormente, adicionalmente los 286 millones de la cuota del acuerdo y el 50% del radicado. En el mes de marzo 171 millones del resto del acuerdo incumplido más los 286 millones de la cuota del acuerdo y el 50% del radicado. Está cumpliendo.

NUEVA EPS: Hasta el momento no ha querido reconocer la deuda y por lo tanto no firmó acuerdo de pago. Ni la Supersalud, ni la Procuraduría han logrado obligarla.

COMPARTA EPS: Le debe al hospital más de 6 millones de pesos y durante las reuniones, prácticamente irrespetaron a la dirección del Centro de salud, anunciando un pago de 50 millones de pesos mensuales para recoger esa deuda. La Supersalud que estuvo presente en esa reuniones no hizo nada para obligar a la EPS.

COMFACOR EPS: Entidad que está intervenida por la Supersalud, no quiso reconocer las deudas en el mes de diciembre, sin embargo a mediados de enero reconoció 10 mil millones de pesos y cuando estaban a punto de firmar el acuerdo de pago se vino lo de la liquidación de la entidad y todo quedó paralizado.

Los Especialistas si están trabajando

Durante el anuncio de la intervención, por parte de la Supersalud, se indicó que se había encontrado cerradas las salas de cirugía y que los médicos especialistas estaban en paro, lo cual no concuerda con la realidad y menos con el acuerdo logrado por la gobernadora Sandra Devia, quien se reunión con los profesionales de la medicina para acordar que volverían al trabajo, luego que ella se comprometiera a girar unos recursos que tiene en el gobierno central por 1.800 millones de pesos, única y exclusivamente para cancelarles parte de los 8 meses que se les adeudan.

El gerente encargado Juan Carlos Cervantes le canceló en enero un mes a los especialistas y se comprometió a que en lo sucesivo y con base en los dineros que van a ingresar al hospital, producto de los acuerdos de pago con las EPS, se les va a pagar el mes laborado y un mes de los adeudados. Desde el pasado viernes 2 de febrero, y así consta en actas, los Especialistas volvieron a sus labores.

¿Y entonces como está pintado el tigre?

No es mi intensión descalificar la intervención del Hospital San Jerónimo de Montería, que hizo la Superintendencia Nacional de Salud. Lo que quiero decir, conociendo el carácter del Superintendente Fabio Aristizabal, es que si van a hacer las cosas que las hagan bien.

Montería y Córdoba lo que quiere saber es que si además de la ratas de cuatro patas que encontraron en los pasillos, hay también RATAS de dos piernas. Qué hay de cierto del robo al hospital?. Qué hay de cierto de las nóminas paralelas en el hospital?. Dónde están esos ladrones?, cuál es la verdad sobre el manejo politiquero del hospital?. Quines se robaron el hospital?.

Recordemos que a inicios de enero la gobernadora encargada Sandra Devia pidió la intervención de la Supersalud y las entidades de control para dirimir la problemática de la existencia de dos gerentes y de eso la Superintendencia no ha dicho nada. ¿Los contratos que hizo Rosaura Hernández el primero de enero son válidos?. ¿Podía Juan Carlos Cervantes tirar atrás la contratación realizada por Isaura Hernández?. ¿Se le va a pagar al personal contratado por Rosaura Hernández?. Esos interrogantes continúan.

En lo particular me asalta una duda y públicamente pido a la gobernadora Sandra Devia que me ayude a resolverla: Gobernadora si usted ha ayudado a resolver la verdadera crisis que tenía el hospital San Jerónimo a su llegada a Córdoba, si usted logró agilizar el contrato para remodelar el hospital, si usted logró que por primera vez las EPS reconocieran las deudas y firmaran acuerdos de pago, si usted sabe, a través del gerente encargado que designó, que el pago al personal de planta está al día hasta enero, el de los contratistas está al día hasta diciembre, por qué guarda silencio y permite que ahora la Supersalud vaya a salir como la salvadora del Hospital San Jerónimo de Montería, si ya esa salvación estaba iniciada por usted e iba por buen camino?.

Gobernadora no permita que se siga estigmatizando a Córdoba y se generalice el concepto de que los propios cordobeses no podemos salvar las entidades acabadas por la corrupción. Ente otras cosas, eso es lo que queremos saber, ¿Cuál es la corrupción en el hospital de Montería?.

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