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Tras 5 años a la baja, homicidios subieron en el 2018

Se incrementaron en más de 3 % con respecto al 2017. Medellín, bajo Cauca y Tumaco, casos críticos.

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La tendencia a la baja de los homicidios que se venía registrando en Colombia desde el 2013 se rompió el año pasado, cuando ocurrieron casi 400 asesinatos más (392) que en el 2017.

Es decir, hubo un incremento de 3,25 por ciento en ese delito. En el 2018 se registraron 12.458 homicidios, mientras que en el 2017 fueron 12.066.

Lo paradójico es que, con excepción de Medellín, los asesinatos se redujeron en el resto de las capitales, y el peso del aumento de la violencia recayó sobre la capital antioqueña, el bajo Cauca –límites de Antioquia y Córdoba– y Tumaco, Nariño, según las cifras del informe anual de la Fiscalía General de la Nación.

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Un hecho más preocupante es que, según los datos de la Fiscalía, el 54,65 por ciento de los crímenes ocurridos el año pasado (6.808 del total) estuvieron asociados “a disputas entre estructuras criminales” y fueron ejecutados por sicarios al servicio de estas.

Para ese organismo, un factor determinante en el aumento de los asesinatos fue el reacomodamiento territorial de grupos armados en las zonas que fueron abandonadas por las Farc.

No en vano advierte en su informe que mientras en el 2016 se cometieron 2.271 homicidios en los 161 municipios en los que había presencia de esa guerrilla, en el 2018 la cifra de asesinatos en estas poblaciones llegó a 2.957. Es decir que hubo 686 muertos más por violencia, un incremento del 30 por ciento con respecto al 2016.

Tumaco, caso dramático
Las alarmas también están prendidas en 52 municipios en los que se está llevando a cabo sustitución voluntaria de cultivos ilícitos, pues en esas poblaciones el aumento de los asesinatos fue de más del 30 por ciento; pasaron de 914 en el 2017 a 1.192 el año pasado.

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Tumaco, donde están 32.000 de las 171.000 hectáreas de coca detectadas por la ONU en el 2017, fue uno de los centros de la violencia el año pasado. Mientras en el 2017 se registraron 210 homicidios, en el 2018 ocurrieron 245, lo que equivale a un incremento del 17 por ciento. Ese puerto nariñense, precisamente, tiene la tasa de homicidios más alta del país. En el 2017 era de 70 por cada 100.000 habitantes.

En Tumaco se inscribieron en el programa de sustitución voluntaria de cultivos ilícitos 18.501 familias, según cifras verificadas por Naciones Unidas. Muchos líderes sociales apoyaron la iniciativa, por lo que fueron amenazados y asesinados.

La mayoría, tanto de victimarios como de víctimas, son hombres entre los 14 y 26 años de edad que se vinculan a redes que se nutren del narcotráfico

“La falta de oportunidades para los jóvenes es un detonante. Por eso, la mayoría, tanto de victimarios como de víctimas, son hombres entre los 14 y 26 años de edad que se vinculan a redes que se nutren del narcotráfico”, afirma la personera de Tumaco, Anni Castillo.

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La funcionaria advierte incluso que hay un subregistro muy alto de los homicidios porque la “desaparición forzada es un fenómeno que va en aumento, especialmente en zonas cocaleras como Llorente y Guayacana”.

Cinco redes criminales se disputan el control territorial de Tumaco, pero las dos principales son la disidencia de las Farc ‘Óliver Sinisterra’, que estuvo al mando de alias Guacho, quien murió el 21 de diciembre en una operación de la Fuerza Pública, y la autodenominada ‘Guerrillas Unidas del Pacífico’. Estos dos grupos tienen nexos con los carteles mexicanos y producen cerca del 30 por ciento de la cocaína que se envía a los mercados de Centroamérica y EE. UU.

Fuerza especial para el bajo Cauca
En el bajo Cauca –que incluye 10 municipios de Antioquia y 4 de Córdoba–, el incremento de los asesinatos en los dos últimos años ha sido de 147 por ciento, según las cifras de la Fiscalía.

El informe de ese organismo señala que esa región es un “corredor del narcotráfico donde se libra una disputa violenta entre el Eln, las disidencias de las Farc, los ‘Caparrapos’ y el ‘clan del Golfo’”.

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En Tarazá, Antioquia, por ejemplo, se pasó de 34 muertes violentas en el 2017 a 102 en el 2018. Y en Caucasia, mientras en el 2017 hubo 53 asesinatos, el año pasado fueron 146.

Esa situación llevó a que el ministro de Defensa, Guillermo Botero, anunciara la activación de un cuerpo élite del Ejército para la zona: la Fuerza de Tarea Conjunta Aquiles.

Según el ministro, “tendrá un trabajo decisivo en la prevención de los homicidios y el desmantelamiento de algunas organizaciones criminales que tienen por renta la extracción ilícita de minerales y los narcocultivos”.

Precisamente, Carlos Augusto Chacón, experto en seguridad y defensa y director ejecutivo del Centro de Estudios Libertad y Paz, afirma que el aumento de las muertes violentas se debe a la lucha “por controlar las economías ilegales que no solo se relacionan con el narcotráfico, sino también con la minería ilegal y el contrabando”.

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Hace énfasis en que la falta de presencia del Estado, de tiempo atrás, en las zonas en disputa facilitó el reacomodamiento de los distintos grupos. “Esto se suma a la falta de eficiencia de la justicia”, subraya.

El reto de las autoridades este año será tomar el control de las zonas que se están disputando las bandas criminales, y de las cuales hace parte una capital: Medellín.

‘Casi el 29 % de casos fueron esclarecidos’: Fiscalía
El 2018 fue un año sin precedentes en la historia de la Fiscalía en cuanto al esclarecimiento de homicidios, según el fiscal general, Néstor Humberto Martínez. Dijo que el ente acusador aumentó “el promedio de imputaciones por homicidios dolosos e identificó a los autores materiales e intelectuales en el 28,78 por ciento de los casos ocurridos”.

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El promedio de imputaciones por homicidios dolosos e identificó a los autores materiales e intelectuales en el 28,78 por ciento de los casos ocurridos

Frente a los homicidios, una de las líneas que mayor preocupación genera es la de los asesinatos de líderes sociales y excombatientes de las Farc.

El Fiscal General destacó que en este campo también hubo avances, ya que del total de homicidios de líderes sociales reportados por Nacionales Unidas entre enero del 2016 y diciembre del año pasado, 231, la Fiscalía esclareció 126, es decir, más de la mitad.

Un perito del CTI afirma que al aumento de esclarecimiento de los crímenes han contribuido la utilización de nuevas tecnologías, como drones y cámaras de seguridad, y la medicina forense, que es crucial para la identificación del ADN.

“Tal vez los homicidios más difíciles de investigar son los que suceden por encargo, cuando hay de por medio un sicario, pero no son imposibles. En este aspecto, por lo general se identifica al autor intelectual y el móvil”, precisó el perito.

Por guerra de bandas, Medellín fue la única capital en la que aumentaron asesinatos
Mientras el resto de las capitales del país registraron una baja en los homicidios el año pasado, en Medellín los asesinatos se incrementaron en 7,6 por ciento. Pasaron de 582 en el 2017 a 626 en el 2018. Según le dijo a EL TIEMPO el secretario de Seguridad de la capital antioqueña, Andrés Tobón, esa situación está “directamente vinculada con la confrontación entre estructuras criminales, y, en algunos casos, con problemas de convivencia”.

Tobón admite que en el 2018, en Medellín, se registró una de las arremetidas más fuertes del crimen organizado de los últimos 10 años. Habla de 12 confrontaciones entre las dos estructuras criminales más grandes de la ciudad: la ‘Oficina’ y la ‘Alianza de Estructuras Criminales’, que se disputan el control de los negocios ilegales. Las zonas donde más homicidios se registraron son: San Javier, Robledo y Altavista.

Bogotá sigue bajando
En contraste con las cifras nacionales, Bogotá sigue con la tendencia a la baja en homicidios y al cerrar el 2018 logró una reducción histórica que le permitió llegar a 12,7 asesinatos por cada 100.000 habitantes, la más baja desde 1970.

En 2015 ocurrieron 1.344 homicidios en la capital, y en el 2018 el reporte preliminar fue de 1.041. Eso significa que en tres años se pasó de 17 a 12,7 casos por cada 100.000 habitantes. Según estos datos, en el 2015 el promedio diario de homicidios era de 3,7 y al cerrar el 2018 estaba en 2,8. La meta en el 2019 es bajar a tres dígitos, es decir, tener menos de 1.000 asesinatos.

ALICIA LILIANA MÉNDEZ
Vía ELTiempo.com

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