Córdoba

El sueño de un soldado cordobés mutilado en la guerra: Tener piernas biónicas

Por Rafael Chica Guzmán

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Mientras acompañaba a su amigo Víctor, a recoger guayabas en una finca ubicada a un lado de la vía Chinú-San Andrés de Sotavento, Juan Gabiel Alean Martínez, ex soldado profesional mutilado por un balón bomba que guerrilleros de las FARC colocaron en un camino del Cañón de la Llorona, tuvo la ocurrencia que hoy se ha convertido en vídeo viral en las redes sociales.

Como pudo se arrastró por el potrero para llegar hasta el palo de guayabas, en donde estaba su amigo Víctor, le dio el celular y le pidió que grabara unas palabras que quería decirle al mundo.

“Hago este vídeo para aquellas personas que quizás les importe un soldado discapacitado”, así comienza un vídeo de 6 minutos 22 segundos en el que Juan Gabriel cuenta que tiene el anhelo de volver a caminar y por su propia iniciativa comienza una campaña para conseguir ayuda para viajar a Estados Unidos a buscar las prótesis que le harán cumplir ese sueño.

“Las prótesis que me sirven a mi, el Estado jamás me las va a dar, porque ellos no invierten una cantidad de dinero, en un soldado como yo, ya que somos desechables”, narra en su vídeo el soldado mutilado Juan Gabriel Alean.

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Y hace referencia a que actualmente el Ministerio de Defensa de Colombia le entrega prótesis, algunas de ellas, hechas por los mismos soldados, a los militares discapacitados, pero no tienen las cualidades de las que usan los soldados de Estados Unidos que como él perdieron sus dos piernas, desde la cadera hacía abajo.

“No es lo mismo perder la pierna de la rodilla hacía abajo, a mis compañeros heridos así les pueden hasta colocar una pata de palo y pueden caminar bien, nosotros, los que quedamos así, necesitamos una pierna completa, con rodilla y todo, y esas cuestan como 300 millones de pesos”

Juan Gabriel asegura que se ha comunicado con los altos mandos militares para contarles su angustia y su sueño, pero que le decepciona la respuesta que ha recibido a su solicitud.

“Una vez me dijeron en mi propia cara que con lo que valían esas prótesis podían atender a 10 soldados más, o sea, ellos ven es que con lo que invierten en un solo soldado de la Patria, para que tenga mejor calidad de vida, mejor se lo gastan en diez soldados con amputaciones menores”.

El soldado Juan Gabriel indica que sería bueno que el ejercito de Colombia viera que el numero de soldados que perdieron las dos piernas durante la guerra y que son los que necesitan las prótesis americanas, a las que le dicen “piernas biónicas”, no es muy alto y valdría la pena hacer el gasto para darle una mejor calidad de vida a aquellos que entregaron parte de su vida defendiendo vidas de la patria.

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Murió 5 veces y renació para servir a Dios

Eran las 10 y 45 de la mañana del 7 de mayo del 2007, un grupo de valientes soldados perseguía a guerrilleros de los frentes 5 y 55 de las FARC, que protegían al temible jefe guerrillero conocido con el alias de El Manteco. Había moral en la tropa porque en las interceptaciones de radio se escuchaba a los guerrillero gritar que tenían encima al ejercito.

“De pronto comenzó a llover plomo, tuvimos un combate de muchas horas, yo era segundo operador de ametralladora y mi deber era estar pegado al primer operador. Hubo un momento en que el primer operador de ametralladora se me perdió de vista, yo me paré, di diez pasos y sentí que algo me elevó, cuando caí, no escuchaba, no veía por un ojo, sentía mucha sangre en mi cara que me tapaba el otro ojo que tenía poca visión, sin embargo con el así, logré ver que no tenia las dos piernas”, de esa forma Juan Gabriel Alean cuenta como perdió sus dos piernas cuando trabajaba como Soldado Profesional del Batallón Contraguerrilla No 33 Cacique Lutaima.

El suceso ocurrió en una zona selvática del Alto del Toro, el punto más alto del mítico Cañon de la Llorona en el Urabá antioqueño, centro de concentración de los guerrilleros de las FARC que en esa época, en plena desmovilización de los paramilitares, sembraban el terror en los departamentos de Antioquia, Córdoba y Urabá.

El pronóstico de los soldados enfermeros en la zona de guerra no era alentador para la vida de Juan Gabriel: El balón bomba que acababa de estallarle en los pies, le había destrozado las dos piernas, muchas esquirlas se le incrustaron en su cara, perdida de un ojo, perdida de los oídos, herida abierta en el pecho con esquirlas afectándole los pulmones y para remate comenzó a llover torrencialmente lo que hacía imposible su evacuación.

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“Duré ocho horas en ese estado a la espera de un helicóptero, por obra y gracia de Dios no morí. Estuve consciente todo el tiempo, me veía todo destrozado, el dolor era intenso, pero una fuerza superior me hizo sacar fuerza de donde no la tenía y lo último que recuerdo es que me subieron al helicóptero, me morí, perdí totalmente la memoria y como a los doce días desperté en una cama del Hospital Pablo Tobon Uribe de Medellín, sin piernas, sin un ojo, el rostro reconstruido y los tímpanos del oído arreglados”

Hoy Juan Gabriel se dedica a pregonar la palabra de Dios en una iglesia cristiana llamada Los Olivos, ubicada en el casco urbano de en San Andrés de Sotavento.

“Yo morí cinco veces ese día que estaba herido en la selva esperando la llegada del helicóptero. Recuerdo que dejaba de respirar y moría por unos segundos, la sangre se me coagulaba en el esófago, se me paralizaba el corazón, los compañeros se turnaban para darme respiración boca a boca, me metían la mato, me sacaban los coágulos de sangre, me volteaban para sacar la sangre, luego me daban golpes en el pecho y el corazón comenzaba a funcionar otra vez”.

Dice que no es pastor pero va a donde lo inviten a contar su historia y lleva la Biblia en la mano para mostrar que está escrito en la palabra que Dios es el dueño de nuestras vidas. Considera que Dios le permitió vivir para que fuera su pregonero.

Y hoy, además de pregonero de Dios, quiere ser el pregonero de todos sus compañeros soldados, que igual que él, perdieron las dos piernas. Por eso pide la ayuda para ir a Estados Unidos a visitar una entidad, que vio en Internet, que ofrece las “piernas bionicas” que necesita, y buscará que se las den iguales a todos los soldados mutilados de dos piernas que ha dejado la guerra en Colombia.

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