Opinión

Sexo en la escuela o el avispero de la corte

Por: Zenumbio López Doria

Publicidad

A principios de los 70, en Cereté, funcionaba el teatro Fénix en un edificio vetusto a cuadra y media del parque Central. Tenía incipientes diez años y ahí comencé a serle infiel a mis amantes cuadrúpedas y a mi adorada y nunca bien ponderada María Casquito. Subido en un enorme tamarindo que nació milagrosamente en un lote frente al teatro, buscaba el acomodo para entregarme a la imaginación viendo gratis películas de sexo, prohibidas por el párroco Correa. Recuerdo la primera: “Cuando Las Colegialas Pecan”, en ella estudiantes con faldas muy cortas insinuaban lo sexual y hacían correr la imaginación.

Hasta hablar de lo sexual era prohibido y pecaminoso, debíamos descubrirlo solos. Luego llegaron los VHS y las películas porno, las cuales se veían a escondidas de los padres y seguíamos solos en los retos que proponían nuestros cuerpos y nuestras relaciones, hasta que una maestra se atrevió a hablarles de sexo a sus niños y niñas. Todo pasó en un frío pueblo de Boyacá. Lucila Díaz fue acusada por sus vecinos boyacenses de «perversa sexual»; la queja de los campesinos fue acogida por las autoridades educativas del Departamento de Boyacá y ratificada por las instancias pertinentes del Ministerio de Educación Nacional. Lucila Díaz apeló inútilmente, y tuteló con el fin de ser reintegrada a su trabajo. Su caso llegó hasta la Corte Constitucional, que resolvió solicitar al Ministerio de Educación Nacional “adelantar la educación sexual de los educandos”. Fue este el origen de la catedra de Educación sexual en Colombia.

A posteriori La ley 115 de febrero 8 de 1994, Ley General establecen la obligatoriedad de “Cumplir con la educación sexual impartida en cada caso de acuerdo con las necesidades psíquicas, físicas y afectivas de los educandos según su edad”; se ratifica en el Decreto Reglamentario 1860 de agosto 3 de 1994 artículo 36. Así nació el proyecto transversal Educación Sexual.

Publicidad

Hoy los vídeos de corte sexual pululan en internet y en los celulares de los chicos y chicas y hoy la corte vuelve a revolver el avispero.

Hay que abrir la discusión al respecto, pero antes precisemos algunos conceptos: ¿qué es la sexualidad? ¿Qué es el sexo? ¿Qué es el erotismo?

« Sexualidad es una manera de relación del hombre consigo mismo y con los demás hombres, y si bien tiene bases biológicas comunes, es única, cambiante y relativa, como única, cambiante y relativa es la existencia humana. Hace parte de su vida de sentimientos: afectiva; y de su vida de acción, la que vive y muere: efectiva. Es en suma un compromiso existencial» Dra. Cecila Cardenal de Martín, M.D.

Si ven lo complejo del fenómeno de la sexualidad. Resaltamos que además es una dimensión social. Ahora cuando la sexualidad se usa con una intensión tal y se establecen relaciones con los demás a través de ella, aparece el erotismo. El poeta y ensayista Octavio Paz en su libro «La llama doble» dice «El erotismo es exclusivamente humano puesto que corresponde a la sexualidad socializada y transfigurada por la imaginación y la voluntad de los hombres. Este para algunos puede llegar a ser incómodo.

Publicidad

La educación sexual ayuda a las personas a obtener la información, las herramientas y la motivación necesarias para tomar decisiones saludables sobre el sexo y la sexualidad.

En términos netamente biológicos el sexo define a la persona como macho o hembra Lo del sexo es también para entender, al respecto Mary S. Calderone nos dice « Sexo no es algo que hacemos, es algo que somos”.

Hay otras cuestiones a tratar con más calma como género, género identidad de género y orientación sexual. ¡Cuánto necesito las cartillas de la Parodi para educar!

Pero el problema que me trae acá, es la expulsión del estudiante en un colegio militar y la decisión de la Corte, la notica conmovió a varios sectores sociales.

Publicidad

Sobre la estudiante protagonista del suceso, dice el diario el Espectador (12-08-2018) que le produjo problemas sociales y que empezó a ser víctima de señalamientos. También que su salud mental estuvo afectada, al punto de ser hospitalizada y empezar un tratamiento psicológico.

El caso, que ocurrió en junio de 2017, fue fallado a favor de los estudiantes en una sentencia de septiembre de 2018. Uno de los demandantes era menor de edad en el momento de los hechos; el otro era mayor de edad, según la Corte.
La Corte dice que el colegio les violó el derecho fundamental al debido proceso a los estudiantes y por ello ordenó su reintegración. Tiene la corte toda la razón.

Padres no se escandalicen, les explicare algo: las relaciones en los colegios está regulada por el manual de convivencia, donde aparecen tipificadas las faltas y clasificadas como de tipo I, II o III según la gravedad, aquí mismo se define las sanciones según el tipo de la misma falta. Además siendo de conocimiento de todos los estamentos escolares y del personero escolar, debe estar definido un protocolo de convivencia y una ruta de atención.

Estos casos son atendidos por el Comité de Convivencia escolar. Si el caso sobrepasa los límites de atención de los estamentos escolares se acude al Comité de Convivencia Municipal o territorial. En el caso de marras la corte la tuvo fácil porque la institución no aplicó el debido proceso y violó los derechos de los estudiantes a ser escuchados y al ser violada su intimidad por grabarles un vídeo.

Publicidad

Eso no ocurre con facilidad en una institución, porque puede pasar en todas, donde el proyecto de educación sexual funciona de verdad desde sus propósitos y la transversalidad adecuada y donde están definidos los elementos de convivencia arriba estipulados.

¿Qué hacemos entonces? se preguntan todos con angustia.

• La Familia a educar a sus hijos con buenas costumbres y normas que no violen sus derechos, ni impuestas a la fuerza

• La escuela a educar la sexualidad de forma clara y secuencial, para el respeto de uno mismo y del otro.

Publicidad

• Gobierno a invertir en educación con recursos y apoyos interinstitucionales pertinentes.

La educación sexual de nuestros niños y niñas es de todos y amerita una movilización social amplia.

Fuentes
PASADO, PRESENTE Y FUTURO DE LA EDUCACION SEXUAL EN COLOMBIA* Pedro G. Guerrero G. Rev. Col. Psiquiatría, Vol. XXVII, No. 4, 1998.

¿Le resultó útil este artículo?
Lee también:
Publicidad