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Déficit del sistema de salud supera los 9 billones de pesos

Lleva trece días como ministro, pero apenas ha podido estar seis de ellos en su despacho. En su primera jornada ya estaba recorriendo el hospital de San Andrés. En la cuarta, el de Girardot, Cundinamarca. Una semana después de su posesión acompañaba al presidente Iván Duque en Inírida y Puerto Carreño. Y el viernes, en Cartagena.

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El hospital es un espacio que le resulta familiar. Juan Pablo Uribe Restrepo, el nuevo hombre al frente de ese potro brioso que es el Ministerio de Salud y Protección Social, viene de ser el director general de la Fundación Santa Fe de Bogotá.

Paisa, hincha del Nacional, médico de la Universidad Javeriana y con dos maestrías de la Universidad de Míchigan (EE. UU.), no es para nada ajeno a la cartera de Salud: en ella ya fue director de Promoción y Prevención y, durante el gobierno de Andrés Pastrana, viceministro.

Pero no obstante los pergaminos y el perfil técnico, sabe que no la tiene fácil. Primero, porque los recursos del sistema siguen siendo limitados y, segundo, porque su predecesor, Alejandro Gaviria, le dejó la vara muy alta con sus audaces iniciativas en materia de control de precios de medicamentos, derechos individuales y transparencia en el sector.

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Uribe, el ministro médico que algunos reclamaban, responde su primera entrevista a un medio escrito.

¿Cómo encontró el sector en estas dos semanas en el cargo?

Encontramos un sector salud con fortalezas y avances importantes en varias dimensiones que reconocemos y defenderemos. Destaco, entre otros, la cobertura de aseguramiento prácticamente universal. También, la solidez técnica en distintas áreas. Sin embargo, identificamos retos sustanciales, agudos y crónicos, que amenazan nuestra salud. ‘Desequilibrio’ puede ser la palabra más adecuada.

Recibimos un serio déficit presupuestal a corto plazo, tanto para el cierre de este año como para el 2019, y un profundo desequilibrio financiero estructural que nos ha llevado a una acumulación de deudas entre la nación y las EPS, entre las EPS y los hospitales y entre estos y los proveedores.

También encontramos algunas EPS en estado crítico, hospitales públicos adoloridos que requieren intervenciones rápidas y el reto de los migrantes venezolanos, con presiones no solo financieras sino de respuestas oportunas en salud pública. Al final del día, todas estas circunstancias afectan la oportunidad y la calidad de los servicios de salud y el bienestar de la población. Esa es la gran preocupación del gobierno del presidente Duque.

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¿De cuánto es el déficit?

Para este año puede ser cercano a 800.000 millones de pesos. Para el próximo, es superior a tres billones de pesos. Ya estamos trabajando de la mano con el Ministro de Hacienda para encontrar esos recursos que darán liquidez al sistema y se traducirán en una mejor asistencia en salud para la ciudadanía. Ahora bien, si agregamos las deudas antiguas, el déficit del sistema de salud es cercano a los diez billones de pesos. Justamente, una de las acciones inmediatas que vamos a emprender es determinar el monto exacto para luego estructurar los mecanismos que nos permitan corregir esta situación. Este esfuerzo en salud es central en la búsqueda de mayor equidad en el país.

¿Ha avanzado en la ley de punto final para pagar esas deudas?

El acuerdo de punto final es una de las propuestas principales del presidente Duque para el sector. Lo primero que debemos resolver es cuáles son las deudas entre los distintos actores. Hay deudas de la nación, de los territorios, de entidades particulares, y cada una de ellas requiere un tratamiento específico. Cuando la cuantía esté definida y se pueda reconocer, trabajaremos en estructurar los instrumentos financieros. Al mismo tiempo, tenemos que hacer reformas estructurales del sistema de salud para garantizar que las condiciones que generaron este desequilibrio no se repitan.

El acuerdo de punto final debe ser definitivo; no podemos repetir mañana los errores de ayer.

Trabajaremos en cinco ejes: construir visión de largo plazo, elevar la calidad, fortalecer la salud pública, fortalecer nuestro talento humano y avanzar hacia la sostenibilidad financiera del sistema

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De su lista de prioridades, ¿qué es lo más urgente? ¿Cuáles serán sus primeras medidas?

Es urgente plantear un mecanismo de choque para aliviar la crisis que viven hoy gran parte de los hospitales públicos del país. En más del 60 % de los municipios, estos son y seguirán siendo la única opción asistencial. Le urge a nuestro sistema buscar y concertar equilibrios entre los actores para devolver al paciente y su familia al centro de nuestro esfuerzo. Hay que recordar que trabajamos para lograr los mejores resultados posibles en salud, tanto en individuos como en comunidades; que debemos hacerlo cumpliendo con las expectativas de los ciudadanos y que tenemos que responder con eficiencia en el manejo de los recursos disponibles. Finalmente, ya hice referencia al reto presupuestal de cerrar este año y enfrentar el 2019 cumpliendo las obligaciones del sector.

Más allá de lo coyuntural, ¿cuáles van a ser sus prioridades?

Vamos a trabajar en cinco ejes para fortalecer la salud en Colombia y contribuir al propósito de mayor equidad. El primero, construir una visión de largo plazo. El sector debe abandonar la trampa de trabajar únicamente en problemas coyunturales y objetivos cortoplacistas. El segundo, elevar la calidad: mejorar el trato a los pacientes, hacer evaluaciones de desempeño a EPS y atar recursos a ello, replantear la habilitación de IPS y ampliar el sistema de acreditación, entre otros aspectos.

El tercer eje es fortalecer la salud pública: trabajar sobre las causas y determinantes de nuestras enfermedades, fortalecer estilos de vida saludables, intervenir en la accidentalidad vial, enfrentar las enfermedades crónicas. El cuarto, el fortalecimiento de nuestro talento humano. Debemos trabajar para devolverles el brillo y el orgullo de pertenencia a enfermeras, médicos y todos los profesionales y técnicos que sirven en el sector. Finalmente, hay que avanzar hacia la sostenibilidad financiera del sistema. El sistema debe encontrar su equilibrio. El abuso, la ineficiencia y la corrupción riñen con la salud de todos.

¿Qué planes tiene para llamar al orden a las EPS que no cumplen con su tarea?

Tenemos el compromiso de crear tableros de desempeño que evalúen aspectos como la oportunidad y la calidad de la atención, la eficiencia administrativa y la gestión del riesgo. El presidente Duque ha sido claro: no basta con pagar por el número de afiliados, hay que remunerar por la calidad de la atención. A los actores que hagan bien la tarea les daremos incentivos para que se expandan; los que no lo hagan bien o estén por fuera de las normas tendrán la intervención de una Superintendencia Nacional de Salud fortalecida.

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El Procurador ha pedido que se reverse la venta de Medimás. ¿Lo hará?

El Gobierno debe revisar en detalle esta situación, que interesa a todos. Debe conocer el esfuerzo gerencial que está haciendo la EPS, entender la situación diaria en los servicios de los más de cuatro millones de afiliados, observar las tendencias de mejoramiento (o no) en los procesos, verificar el cumplimiento de las obligaciones de ley y, por supuesto, escuchar a los entes de control. En este y otros casos, el Gobierno, por medio de la Superintendencia Nacional de Salud, tiene la responsabilidad y los mecanismos para intervenir y corregir desviaciones o servicios deficitarios.

La red pública hospitalaria sigue presentando grandes atrasos tecnológicos y deudas. ¿Qué trae para ese sector?

En el primer día de gobierno, el presidente Duque y yo tuvimos la oportunidad de recorrer el hospital de San Andrés y hablar con trabajadores de la salud, pacientes y familiares. Luego pudimos entender de cerca la situación hospitalaria en Girardot, Puerto Carreño e Inírida. Le confieso que me resulta frustrante ver entidades con vocación de servicio seriamente limitadas en su capacidad de servir con calidad y seguridad. Anticipamos que esta es una situación generalizada. Por eso vamos a impulsar una política nacional para el hospital público.

Esta política debe blindarlos de interferencias y clientelismo; debe ser exigente con el aseguramiento de los flujos financieros y procurar la conformación de redes integrales que mejoren la continuidad y la calidad de los servicios que brindan, entre otros aspectos.

Me resulta frustrante ver entidades con vocación de servicio limitadas en su capacidad de servir con calidad y seguridad (…) Vamos a impulsar una política nacional para el hospital público

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El gobierno pasado sacó adelante una política farmacéutica ambiciosa, particularmente fuerte en el control de los precios de los medicamentos.
¿La continuará?

Sí, vamos a continuarla. El control de precios de medicamentos es un instrumento de política pública necesario para el logro de dos objetivos fundamentales: mejorar el acceso equitativo a medicamentos y contribuir a la sostenibilidad financiera del sistema. Ambos son objetivos de interés para todos los que estamos en el sector, incluida, por supuesto, la industria farmacéutica, que mucho aporta a la salud y el bienestar. Dicho esto, será importante revisar la metodología, precisar su foco, evaluar el impacto que está teniendo y mantener espacios valiosos de concertación con la industria.

Su antecesor tuvo una agenda de avanzada en aspectos como el uso de cannabis con fines medicinales, el aborto y la eutanasia. ¿Continuará con estas iniciativas?

El uso del cannabis con fines medicinales fue establecido por el Congreso de la República. La Corte Constitucional fijó tres causales para la interrupción voluntaria del embarazo e instó a presentar un proyecto de ley para la muerte digna. El sector debe cumplir con respeto este ordenamiento.

Usted viene de la Fundación Santa Fe, una de las clínicas más prestigiosas de país.
¿No teme que lo encasillen como el ministro del sector hospitalario?

Ningún temor. Soy médico y salubrista. He estado muchos años trabajando entre economistas en los temas macro de los sistemas y en el aseguramiento en salud. Creo entender a unos y otros. Le he dedicado mi vida al sector salud. Antes que todo, y como todos, soy paciente o familiar de pacientes. Ojalá que, por los esfuerzos y el compromiso que despleguemos día a día, nos encasillen como el Ministerio de Salud y Protección Social de todos los colombianos. El compromiso de este gobierno es trabajar por una mejor salud para toda Colombia, que contribuya con efectividad a alcanzar mayor equidad.

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