Montería

El mundo mira “El CAMBIO” de Montería

Por Rafael Chica Guzmán

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El auditorio de la Universidad de los Andes, quizás la más importantes de Colombia, estaba lleno de jóvenes estudiantes que asistían a la conferencia de un español que hablaba sobre el uso de las bicicletas en el desarrollo de las ciudades futuristas.

Avanzada la conferencia, el expositor que tenía todos los pergaminos para hablar de desarrollo y ciudad, indicó muy convencido, que veía a la ciudad de Montería, ubicada en el norte de Colombia, como la unica ciudad de América Latina que en la actualidad le está apostando al desarrollo, basado en buenas prácticas con el medio ambiente y que el uso de la bicicleta que estaba implementando el gobierno de la ciudad costeña era la base para un buen futuro.

Los estudiantes de distintas facultades y de distintas partes del país, que estaban escuchando la coferencia, buscaron a sus compañeros oriundos de Montería para mirarlos con asombro y decirles con la mirada la admiración hacia esa tierra costeña, por lo que acababa de expresar el conferencista. Una joven monteriana, que me contó el suceso, me indicó que desde ese día se siente más orgullosa al decir “yo soy de Montería”.

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La disertación del conferencista europeo me lleva a preguntar ¿cuántos nativos reconocemos “el cambio” de la ciudad que reconoce un extranjero? Somos conscientes de lo que significa tener bicicletas en puntos estrategicos de la ciudad, para tomarlas, totalmente gratis y echarlas a rodar, sobre todo por las rondas y hermosos parques construidos para el goce de todos?

Tuvo que decirlo un extranjero para que la joven universitaria monteriana creyera que su ciudad, la ciudad donde nació, donde viven sus padres, es considerada una de las mejores ciudades del mundo.

Durante estas vacaciones de mitad de año y por primera vez en su vida, la universitaria monteriana, que antes solo venia a disfrutar de los sitios de rumba, los paseos a Coveñas y quizás nunca pasó de la Ronda del Norte o la Zona Rosa, me pidió que le mostrara la ciudad, su ciudad.

Por primera vez, apreció los micos, los árboles, las iguanas, el oso perezoso, los planchones, los bustos de los músicos nalgones, el río, las embarcaciones del muelle turístico, el caer de las flores de lo cedros, usó las zonas wifi gratis, saboreó el raspao, vió el peluquero con su maquinita cortando el cabello, a la orilla del río, compró artesanias, se divirtió como niña en los juegos, en las máquinas para hacer deporte que están al aire libre, montó las bicicletas de Bicisinú, recorrió la Ronda del Sinú, ubicada en la Avenida Primera de puente a puente.

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Entendió el significado de los separadores que hay a lo largo de la Avenida Segunda y que dividen el espaco para los vehículos del carril especial para bicicletas. Supo lo que significa cada bloque pegando en los kilómetros de andenes, construidos en la ciudad, el mensaje que llevan implícito para los ciudadanos con discapacidad visual y las rampas para los que tienen discapacidad o no pueden subir el andén por su avanzada edad.

Conoció que se puede transitar a través de vías pavimentadas, de norte a sur y de oriente a occidente. Se enteró que en el sur existe una gran biblioteca pública, claro se dio cuenta que está subutlizada, pero existe, y se sorpredió al ver los grandes edificios levantados en el sur de la ciudad que hoy albergan a más de cinco mil familias que antes no tenian casas.

Confieso que yo también me sorprendí agradablemente, pues tenía dias de no hacer el recorrido, al ver, el inmenso y bonito hospital construido el sur, los dos megacolegios, las calles pavimentadas y anchas, los colegios remodelados, la Ronda del Sur, el paseo peatonal que une la via El Camajón con Alfonso López, pero sobre todo ver que en muchos sectores ya no se ven las calles con ríos de aguas negras en sus orillas.

En el rostro de la universitaria observé la emoción del descubridor. Y es que ese día había descubierto cómo ha cambiado su ciudad y entendió por qué un extranjero hablaba bellezas de su tierra o por qué el alcalde Marcos Daniel Pineda Garcia, gestor de ese cambio, aparece en una foto, nada más y nada menos, que con el Secretartio General de la Organicación de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, recibiendo una condecoración que declara a Montería como una de las diez ciudades más sostenibles del mundo.

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